Por Semana Santa, pescaderías de la zona metropolitana de Pachuca lucieron abarrotadas, la ciudadanía, en su mayoría amas de casa, se acercaron a los establecimientos para hacer sus compras y seguir con las tradiciones católicas; los sitios con mayor afluencia de compradores fueron los negocios cercanos a la Central de Abastos en donde los clientes hicieron largas filas.
A través de un recorrido, El Sol de Hidalgo constató que en la zona, los costos de pescados y mariscos como el kilo del camarón osciló entre los 175 y 200 pesos de acuerdo a su tamaño, ya sea mediano o grande; el pacotilla en 235; la jaiba en 150; el calamar rojo en 170; la trucha en 85; el robalo en 190; el filete mero en 125; el filete de huachinango en 155, siendo de este tipo de pescado entero de los productos más costosos entre 290 y 310 pesos por kilo.
Al respecto, personal de una de las pescaderías ubicadas a un costado de la zona de abasto, sobre el bulevar Javier Rojo Gómez, indicó que las ventas mejoraron a partir del Domingo de Ramos que tuvo lugar el 24 de marzo; desde entonces, uno de los productos más solicitados son las mojarras, las cuales están entre 90 y 95 pesos por kilo.
“Nosotros venimos por seis kilos de mojarra para toda la familia, son días en que además de ir a la iglesia, tratamos todos de convivir, los niños están de vacaciones y a algunos de mis hijos les dan los días en el trabajo, tratamos de estar juntos”, contó Faustina Jiménez.
Asimismo, otras jefas de familia, refirieron a este medio que además de seguir la tradición de no consumir carne, optan por este alimento debido a que no difiere tanto del precio de otras proteínas animales, que cabe destacar, en estas fechas se encarecen.
“Todo está caro, si haces un pollo en chile te gastas más porque está caro y el jitomate está por los cielos, entonces ahorita con los calores, esto es más fresco y es algo que no consumimos a diario”, dijo Ofelia Hurtado, quien esperó cerca de 20 minutos para hacer su pedido.
Sebastián Gutiérrez, otro de los clientes que esperó por al menos 15 minutos en el sitio, explicó que estas fechas, sobre todo el jueves y viernes santo, las ocupa para vender filetes fritos afuera de algunos recintos religiosos, lo que le sirve para sacar algunos gastos extras de su hogar: “La verdad yo no soy muy católico, pero mi esposa sí, entonces aparte de vender, llevamos mojarras para la casa, porque estos días no comemos nada de carne”, expresó.
De acuerdo a la tradición religiosa, la principal razón por la que no se come carne durante la última semana de Cuaresma y durante el Viernes Santo, es para honrar los últimos días de Jesús en la tierra, sobre todo cuando pasó 40 días en el desierto sin ingerir alimento ni bebida, por lo que este tiempo litúrgico es ocupado por los creyentes para hacer ayuno y abstinencia.