Este domingo será un Día de las Madres sin aroma a rosas, tulipanes, lilis, girasoles u otras flores, porque el Covid-19 derrumbó a los floricultores de Mineral del Chico, por el cierre de los establecimientos comerciales en Pachuca y otras ciudades que les compran.
Además, por si fuera poco, los panteones no recibirán visitas, por lo que serán cientos de personas las que no podrán, al menos, visitar la tumba de sus madres en ese día tan significativo en la cultura mexicana.
Y a la caída de las ventas, casi al cien por ciento de los 32 empresas familiares de floricultores de Capula, Zimbrones, Manzanas, La Estanzuela, El Puente, La Presa y Santa Inés, municipio de Mineral de El Chico, se agrega que les cayó una tromba de al menos una hora con granizo, dañando decenas de naves de invernadero y toneladas de rosas.
Maritza Moreno López, directora de Turismo Municipal, señaló que la debacle económica por la pandemia del coronavirus comenzó al suspenderse el desfile de primavera, luego en Semana Santa no se cumplió una tradición de más de 200 años, de lanzar millones de pétalos de rosa desde la cornisa de la parroquia de La Purísima Concepción.
Es una lluvia de alrededor de dos toneladas de pétalos donados por los invernaderos de las comunidades, que disfrutan miles de visitantes. A El Chico acuden alrededor de 40 mil personas los tres días de Semana de Santa, con gasto promedio de 500 pesos por cada una.
Cada domingo reciben unos 8 mil visitantes en la cabecera municipal, Carboneras, El Puente o en La Estanzuela, lo cual da oportunidades de venta a los floristas, y por el Covid-19 todo eso se ha frustrado.
Los floricultores dependen de sus ventas diarias, y para acabarla de amolar, señala la funcionaria, la fuerte granizada del 28 de abril afectó todos los invernaderos, ya que los trozos de hielo penetraron los hules, los vientos arrancaron techos, estructuras y se llevaron las rosas, y las casas también fueron dañadas.