Comerciantes de Zempoala han encontrado en Tulancingo un buen mercado para el ofrecimiento de insectos (chapulines), además de gusanos, claro ejemplo, los chinicuiles y los de maguey.
Y aunque no comercializan en gran medida, sobre todo por los altos costos de los productos, los vendedores siguen llegando y se instalan en carreteras de la región.
Claro ejemplo el de Claudia, que es una vendedora ya de tiempo y espera en la vía federal que lleguen a comprarle.
Narra que desde hace unos años su familia llega, los sábados y domingos, para seguir buscando clientes. Se ubican a la orilla de tramos federales y estatales.
“Antes veníamos muy pocos, ahora la competencia es mayor, pues lo que recolectamos del campo lo traemos para vender, sobre todo en estas fechas”.
Ella es uno de los 20 comerciantes que se colocan en varios puntos de Tulancingo y la región a fin de ofrecer sus productos.
Desde temprano llega y pone sus cartulinas donde el principal “gancho” son los escamoles, pero muy pocos son quienes les compran, ya no solo por el alto costo, reconoce, sino de igual forma porque ahora vienen más comerciantes que antes, cuando eran apenas cinco.
“Hoy se ubican rumbo a Acatlán, Santiago, Acaxochitlán, libramientos y otros puntos para poder seguir buscando un buen mercado en la venta de insectos y gusanos. Hay días en que no vende nada, “lo que nos ofrece el campo nos cuesta mucho recolectarlo, por eso es caro”.
Junto con su familia va a buscar los nidos de la hormiga para sacar una buena cantidad de los azcamolli, pero no vende todo, es casi imposible, por su alto costo, narra.
Ejemplificó: Los chapulines oscilan entre 50 y70 pesos el vaso. Contados son quienes optan por los escamoles, cuyo precio es de hasta mil 200 pesos el kilo, casi similar al gusano de maguey y gusano rojo. Y de 150 a 170 pesos la sal de chinicuil que se acompaña con chile piquín.