Afiladores, oficio que se resiste a desaparecer

CLAUDIA GONZÁLEZ-RUBIO

  · sábado 9 de marzo de 2019

Imágenes como esta aún se observan en calles céntricas. / CLAUDIA GONZÁLEZ-RUBIO

El oficio de afilador aún se observa en calles de Tulancingo, algunos con silbato anuncian su llegada para que salgan de sus casas quienes requieren del servicio.

Aníbal Navarro desde hace dos décadas compagina este oficio con el de transportista o plomero, pero es el de afilador el que lo ha hecho fuerte, pues es con el que mejor le va.

Es originario de la localidad Tepetates, perteneciente al municipio de Tepeapulco, donde abundan los afiladores. Calculó que como unos 40 pobladores.

Elige municipios del estado, pues ya tiene clientes y con ello mantiene a su familia.

En ocasiones llega a Tulancingo el día de plaza y poco a poc, le van llegando los clientes, particularmente de carnicerías y pollerías.

El precio por afilar cuchillos varía de acuerdo al tamaño de la pieza y puede ser desde 25 hasta 45 pesos. En dos minutos están listos.

Agregó que a lo que le dedica más tiempo es a las tijeras y alicatas de manicure, pues son más delicada. En este caso tarda hasta diez minutos.

La velocidad que le imprima a los pedales para que el esmeril trabaje, depende de la pieza que afile.

Finalmente, calificó su oficio como muy noble y le gusta desarrollarlo.

TEMAS