Diamantes: Historias que brillan, enamoran y juntan personas

Cuando una persona que ha tomado la decisión de comprometerse con su pareja, contacta a Eduardo Gutiérrez y Luis Delaye, quienes cuentan con una firma que fabrica anillos de compromiso con diamantes, les explica el porqué ese momento debe ser mágico y especial. En su caso, comentan que representa para ellos esta piedra preciosa.

"Para mí el diamante es la perfección. Si está bien cortado va a distribuir la luz de manera casi matemática, hacia dentro y de ahí va a brillar", dice Gutiérrez y agrega Delaye: "Para mi lo sensacional es que sirve para el diseño humano, pero con una pieza que se formó hace tres mil millones de años, única, muy difícil que se encuentre una piedra exactamente con las mismas características a otra y el hecho de que tenga tanto tiempo en formarse y que termine en manos de alguien en específico, vale mucho".

Los fundadores y creadores de la empresa Petit Bribón nos relatan todo lo referente a cómo comienzan a engarzar estas emociones que culminan la mayoría de las ocasiones en una boda. Primero, mencionan, hacen un boceto, se lo enseñan al cliente y después, ya aprobado, se lo pasan al maestro Víctor para que realice la joya con sus manos expertas de artesano. Las piedras, los empresarios las traen de Asia y el resto de la producción se hace en México.

“Esto ha sido una aventura de cuatro años. Todo empezó con la idea de Luis de quien decidimos utilizar su experiencia y sus capacidades como diseñador para explotarlo y hacer un proyecto interesante”, comenta Gutiérrez en entrevista para Organización Editorial Mexicana (OEM).

Los emprendedores dicen que el primer paso para aventurarse a realizar alhajas con diamantes fue hacer un plan de negocios, un “proyecto que tenía como objetivo generar piezas que transmitieran historias a las personas que los utilizaran y después encontrar a grandes maestros artesanos como fue el caso del maestro Víctor que nos ha acompañado en este proceso y ha aportado sus conocimientos a estas joyas maravillosas”.

Lo que hay detrás de cada pieza, los joyeros lo detallan “El cliente nos dice porque es mágico y especial y Luis va a verlos para que les explique porque deben reflejar la magia de esa relación". "Yo hago un boceto y se lo muestro al cliente -interviene el diseñador- y viene una retroalimentación. Posteriormente el diseño pasa al taller del maestro y nos hace los ajustes y luego entra área de producción".

Al preguntarles si un diamante es sumamente costoso, los entrevistados responden: "Todo se adapta al presupuesto del cliente y tratamos de escoger el que funcione para cada quien y la diferencia con otras joyerías es que la persona que lo va a regalar se involucra en el proceso creativo y hemos hecho piezas cargadas de memorias, como de novios que han esperado años para casarse".

En cuanto a las expectativas de la empresa joyera los entrevistados comentan que exploran nuevos esquemas de mercado, además la creación de colecciones para cautivar a más personas y llegar a todo México . "El principal objetivo es que la gente nos conozca por internet y busque una joya de acuerdo a lo que quiere. Hacemos una cita exploratoria, para saber las necesidades del cliente y nos permita conocer que quiere. El encuentro es un nuestro showroom".

Por otra parte, en cuanto a sí existe un boom en el diseño mexicano, Luis Delaye considera que "cada día hay más propuestas de diseño y eso nos beneficia a todos y lo que debe de permear en todas las propuestas es ser más sea creativos que se distinga a esta nueva generación de diseñadores donde nos incluimos".

Respecto a la trascendencia de estar al frente de una empresa de algo tan significativo como las argollas , entre otras alahas, Eduardo y Luis señalan: "Lo más importante es entender que las joyas son más que un objeto valioso. Son medios que expresan principalmente emociones". Finalmente, Gutiérrez y Delaye manifiestan que hay que voltear los ojos al diseño mexicano y se congratulan de que en México se tengan estos métodos artesanales de fabricación, llegando a muchas personas que se sigan emocionando como antaño al recibir un anillo de compromiso.

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