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El recorte a la nota crediticia de Estados Unidos por parte de la agencia Fitch Ratings ya dejó sus primeras secuelas en la economía nacional. Ayer, el peso y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) retrocedieron por tercer día consecutivo, mientras analistas financieros no descartan mayores impactos de largo plazo.
Al cierre de la jornada del miércoles, el tipo de cambio cotizó en 17.0291 pesos por dólar, una depreciación de uno por ciento frente a la sesión anterior, de acuerdo con Banco de México (Banxico).
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En la jornada, el tipo de cambio registró un máximo de 17.0820 pesos por dólar, así como un mínimo de 16.9670 pesos por unidad. Con lo anterior, el peso acumuló una racha de tres sesiones seguidas en retroceso. Días previos a la decisión de Fitch Ratings, la moneda local fue presionada por el dato del crecimiento del segundo trimestre en México y la conclusión de reportes trimestrales corporativos.
Por su parte, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV concluyó en 53 mil 283.56 unidades, una baja de 1.71 por ciento frente al día anterior, con lo cual también acumuló tres jornadas al hilo de retrocesos.
“Los indicadores muestran que se pudiera estar abriendo la puerta para un cambio de tendencia en el tipo de cambio, algo similar a lo que ocurrió en marzo con el desorden bancario en Estados Unidos”, advirtió Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Grupo Financiero Base.
De acuerdo con la especialista, lo anterior implica que el peso podría depreciarse hasta el nivel de 17.80 pesos por dólar, para volver a apreciarse nuevamente cuando pase el nerviosismo.
En un reporte divulgado la tarde del lunes, Fitch Ratings argumentó que la rebaja de la nota de Estados Unidos, de ‘AAA’ a 'AA+', refleja el deterioro fiscal esperado durante los próximos tres años, así como una carga de deuda del gobierno general alta y creciente.
De igual forma, expuso que fue consecuencia de la erosión de la gobernabilidad con relación a otros países que tienen la misma nota soberana, debido a una serie de tensiones políticas desatadas en los últimos años.
Para la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, se trató de una decisión injustificada, pues la agencia de riesgo crediticio no consideró el vigor actual de la economía de dicho país.
EU GENERÓ DESCONFIANZA
En una entrevista con Reuters, Richard Francis, director senior de Fitch Ratings, añadió que la agencia crediticia basó su decisión en parte en un deterioro percibido en el gobierno de Estados Unidos, pues esto genera menos confianza en la capacidad del gobierno para abordar los problemas fiscales y de deuda.
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“Obviamente, el debate sobre el techo de la deuda en sí mismo destaca esa política arriesgada y la polarización que hemos visto, y está sucediendo cada dos años desde 2011, más o menos”, precisó el directivo de la agencia calificadora.
La última suspensión del techo de deuda en Estados Unidos, acordada en junio, durará hasta principios de 2025, cuando es probable que se produzca otro debate político sobre el límite de endeudamiento, agregó el ejecutivo.
Para que Estados Unidos mejore su calificación, tendría que haber una combinación de factores, como una estabilización de la deuda con respecto al PIB, y posiblemente una suspensión permanente del techo de la deuda, según el directivo de Fitch Ratings.
Con el cambio en la calificación, ya son dos las agencias crediticias que le retiran a la economía estadounidense el grado máximo de confianza, luego de que Standard & Poor's hiciera lo mismo en 2011.
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“Es probable que ello detone algunos cambios en la operación de los mercados, debido a que las políticas de inversión de las instituciones financieras les obligarían a reposicionarse”, expuso en un reporte Marcos Arias, analista económico de Grupo Financiero Monex.
Según el especialista, el movimiento de Fitch Ratings desató una gran polémica dado el contexto de resiliencia que ha mostrado la economía norteamericana, y que ha llevado a instituciones como la Reserva Federal (Fed) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) a descartar escenarios de recesión en el corto plazo.
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