La inflación interanual de México se desaceleró en enero a su menor nivel en diez meses por el efecto positivo de compararla con el mismo periodo de 2017, cuando se dispararon los precios de las gasolinas, informó Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El INEGI señaló que el aumento mensual obedeció sobre todo al alza en precios de gasolina y gas LP, lo que fue parcialmente mitigado por la reducción de precios en transporte aéreo y algunas frutas y verduras, como jitomate.
El índice nacional de precios al consumidor subió un 5.55 por ciento en un año hasta enero, frente al 6.77 por ciento al cierre de diciembre de 2017, cuando alcanzó su mayor nivel en casi 17 años. El resultado estuvo en línea con el 5.51 por ciento de la mediana de los pronósticos de un sondeo previo de Reuters.
La lectura de enero es la más baja desde el 5.35 por ciento de marzo, pero sigue sobre la meta del 3.0 por ciento del Banco de México (central), lo que mantiene las apuestas del mercado a un alza de la tasa clave más tarde el jueves.
El aumento sería el segundo consecutivo con Alejandro Díaz de León a la cabeza de la entidad monetaria, luego de que en diciembre la tasa de interés de referencia subió a un 7.25 por ciento desde el 7.00 por ciento vigente desde junio de 2017.
La inflación subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina artículos de alta volatilidad, fue de un 4.56 por ciento en tasa interanual, igual a la esperada.
Sólo en el mes, la inflación general fue de un 0.53 por ciento por alzas en precios de las gasolinas que fueron contrarrestadas por bajas en productos agropecuarios como el jitomate y del transporte aéreo, mientras que el índice subyacente subió de 0.28 por ciento.
El banco central ha señalado que la convergencia de la inflación interanual al objetivo permanente de 3.0 por ciento será más lenta de lo que había anticipado inicialmente, alcanzando niveles cercanos a la meta a finales de 2018.