/ jueves 11 de octubre de 2018

Axend: El bróker del hombre común

Juan Pablo Chávez y Quetzal Montes son los fundadores del primer marketplace en México, en donde cualquier persona puede elegir entre 20 empresas fintech e invertir en ellas

El mundo de la inversión puede ser uno de clubes, en el que las posibilidades de acceder se cuentan por los ceros en tu cuenta de banco, los nombres anotados en la libreta de contactos y los títulos universitarios colgados en la pared.

Al menos así era hasta que, como en otros tantos ámbitos de la vida diaria, la tecnología vino a cambiarlo todo.

Según Juan Pablo Chávez y Quetzal Montes, fundadores de Axend, la llegada de las empresas de tecnología financiera –mejor conocidas como fintech– han posibilitado que el hombre común saque por fin su dinero de debajo del colchón y lo ponga en movimiento.

Su empresa –dicen– acerca el menú de opciones al no iniciado, lo educa y lo encamina en ese mundo que aparenta ser complicado.

Axend es el primer marketplace en México para invertir en fintech. En esta plataforma cualquier persona puede escoger entre 20 empresas del sector e invertir en ellas.

Cubriendo rubros como el de préstamos personales, a pymes, servicios de factoraje, inversión inmobiliaria o inversión en conciertos, los usuarios conocen las ofertas de empresas especializadas en inversión a través de Internet.

En su cartera de socios están, por ejemplo, la inmobiliaria Briq, la crowdlending Yo te presto, la de financiamiento empresarial Facturero, la red de inversión en criptomonedas eToro, o la plataforma de inversión de espectáculos Weeshing.

A manera de escaparate, a través de la plataforma de Axend y mediante una cuenta única el usuario puede comparar los rendimientos de cada una de estas opciones, escoger los plazos y mecanismos, invertir en varias de ellas y cobrar.

"Creamos una plataforma donde puedes hacer todo este tipo de inversiones en un solo lugar y ahorrarle al usuario toda la dificultad y el tiempo para encontrar todos estos productos y ordenarlos.

"Existían todas estas plataformas que estaban haciendo fintech, toda esta industria que está naciendo, y nosotros ayudamos a cada persona a conectar con la mejor de estas oportunidades", explica Quetzal.

El trabajo de Axend consiste en homologar la información de las diferentes plataformas en cuanto a términos, rendimientos, plazos y riesgos y presentala al inversionista de una manera clara para que tome una decisión más informada.

Foto: ERNESTO MUÑOZ

POKER FACE

Como en otros casos empresariales exitosos, el concepto de Axend se basa en la respuesta a una necesidad.

Mientras que las empresas fintech utilizan a Axend para magnificar su alcance de inversionistas, a los segundos les simplifica la vida al juntar toda su cartera de proyectos en un sitio.

Gracias a esto Axend crece 20% cada mes en volumen de movimientos y usuarios; además suma 22 millones de pesos en inversiones y opera en México y Chile, con miras a expandirse a mercados como Argentina o Colombia.

Con 26 años Quetzal y Juan Pablo lograron esto, pero la idea no vino de la nada. En 2010, ambos cursaban los primeros meses de sus licenciaturas cuando a Quetzal se le ocurrió la idea de comenzar un casino en línea, en donde la moneda de cambio fuera el bitcoin.

Acostumbrado a apostar en línea, Quetzal fue interesándose en la criptomoneda, ya que mediante las transacciones con ésta se podía saber si los resultados de los juegos en la red habían sido completamente al azar.

Con apenas unos meses de haber sido concebida, hablar de bitcoin en México en esos días causaba burlas o confusión y era un tema reservado a geeks y programadores más que a inversionistas.

Quetzal sabía de ambas cosas y Juan Pablo no encontró gracioso el tema, sino redituable.

"Trataba de explicar bitcoin y no les interesaba, otros no le entendían. Fue el momento del boom en el que había rendimientos increíbles y dije 'esto es el futuro'.

"Todos en la carrera se burlaban de mí, 'ay sí tu casino de Bitcoin', me gustaría toparlos de nuevo cuando subió de los 40 a los 20 mil dólares", platica Quetzal.

La aventura duró dos años hasta que la primera burbuja del bitcoin estalló a mediados de 2013, perdiendo más de 200% de su valor de la noche a la mañana.

"Se nos acabó el dinero, todo lo pagábamos en dólares y en euros, y de un día ya no podíamos pagar las cuentas. Teníamos todos los activos en bitcoin y no sabíamos de inyección de capital, teníamos 30 mil usuarios diarios de todo el mundo y sólo 22 años", explica Quetzal.

Tras el fracaso Juan Pablo se mudó a Chile a seguir estudiando mientras administraba junto con su hermano una empresa propia de franquicias de consultorios dentales. Quetzal, en tanto, entró a Honeywell como ingeniero en servicios de la nube.

El corazón de la cultura del bitcoin y el blockchain descansa en el ideal de la descentralización, en la que ningún banco regule el sistema monetario, otorgándole el poder y el control a los inversionistas.

Aunque el proyecto del casino había fallado, ambos querían mantener el concepto pero aplicado a préstamos a pequeñas empresas, por lo que en 2015 fundaron la fintech de crowdlending Finve.

"Yo había tenido mi empresa y los papás de Quetzal habían tenido negocios. Queríamos darle a inversionistas más rendimiento que en el banco y a pymes que no pueden acceder a préstamos en el banco", explica Juan Pablo.

Sin embargo, presionada por la intensa competencia del mercado de financiamiento comunitario mediante Internet, la empresa tuvo que repensar su modelo a finales de 2016.

"Vimos que había mucha competencia, salían y salían plataformas y nuestros inversionistas de Finve nos pedían más variedad de productos", añade Juan Pablo.

En 2017, Finve transformó su modelo y transitó hacia Axend. En febrero de ese año el fondo de inversión 500 Startups aceptó a la empresa en su proceso de aceleración y desde ese momento no ha detenido la marcha.

UNE Y VENCERÁS

Eduardo Albalá, de 42 años y director financiero de Axend, acompaña a los jóvenes en la entrevista. Habiendo trabajado en 18 países para bancos y fondos de inversión, conoció a Quetzal y Juan Pablo cuando trabajaba como mentor para la firma de abogados catalana Cuatrecasa.

Axend había sido seleccionado en noviembre de 2017 para recibir asesorías por parte de Eduardo. No pasó mucho tiempo para que el financiero se convenciera del modelo y pasara de ser maestro a socio de los muchachos.

"Cuando me los encuentro y me dicen de qué va digo 'esto es otra cosa'. Me gustó mucho el modelo de negocio, me pareció brillante, no entendí cómo no había gente haciendo eso, pero después vi que sin hacer Finve no puedes hacer Axend.

"Tienes que venir de un crowdlending y tener experiencia previa, y por el poco tiempo que tiene el sector fintech no hay tanta gente con experiencia. La gente todavía está pensando montar sus Finves", explica.

Según Eduardo el dinamismo del sector fintech explica el éxito de Axend. Mientras que el gobierno mexicano ha reconocido la fuerza del segmento, y ha comenzado a regularlo, los inversionistas se están convenciendo de las oportunidades, generando más demanda de vehículos de inversión.

La fortaleza del modelo de Axend –dice– está anclada en la posibilidad de que el inversionista no iniciado pueda diversificar su dinero en distintos proyectos. Esto reduce los riesgos y aumenta los probabilidades de buenos retornos.

Las bondandes de las fintech –añade– es que éstas ofrecen productos que requieren poco capital inicial, así como conocimientos básicos, lo que termina por democratizar al mundo de las inversiones.

"Hay mucha gente que piensa que invertir no es para ellos, y hay otra que piensa que invertir es como jugar a la ruleta o ir al casino. Pero todo el movimiento del fintech está atrayendo a mucha gente que ahora está viendo que invertir sí es para ellos", dice.

En el corto plazo Axend busca añadir más empresas fintech a su portafolio para dar más opciones a los inversionistas, así como crear nuevas herramientas de asesoría financiera para ellos.

El objetivo, dicen sus directivos, es convertirse en el escaparate fintech de referencia en América Latina, donde empresas de todos los países puedan alcanzar a inversionistas de todas las latitudes.

"Cuando empezamos analizamos las tendencias y vimos que iba a haber un marketplace, y si no existía había que crearlo. Hay que crear un producto, se escucha un poco maquiavélico pero es así, donde puedas dominar el mercado", dice Quetzal.

Y Eduardo remata con la experiencia que ahora aporta a la vivacidad de Quetzal y Juan Pablo: "la mejor forma de competir es no tener competencia".

El mundo de la inversión puede ser uno de clubes, en el que las posibilidades de acceder se cuentan por los ceros en tu cuenta de banco, los nombres anotados en la libreta de contactos y los títulos universitarios colgados en la pared.

Al menos así era hasta que, como en otros tantos ámbitos de la vida diaria, la tecnología vino a cambiarlo todo.

Según Juan Pablo Chávez y Quetzal Montes, fundadores de Axend, la llegada de las empresas de tecnología financiera –mejor conocidas como fintech– han posibilitado que el hombre común saque por fin su dinero de debajo del colchón y lo ponga en movimiento.

Su empresa –dicen– acerca el menú de opciones al no iniciado, lo educa y lo encamina en ese mundo que aparenta ser complicado.

Axend es el primer marketplace en México para invertir en fintech. En esta plataforma cualquier persona puede escoger entre 20 empresas del sector e invertir en ellas.

Cubriendo rubros como el de préstamos personales, a pymes, servicios de factoraje, inversión inmobiliaria o inversión en conciertos, los usuarios conocen las ofertas de empresas especializadas en inversión a través de Internet.

En su cartera de socios están, por ejemplo, la inmobiliaria Briq, la crowdlending Yo te presto, la de financiamiento empresarial Facturero, la red de inversión en criptomonedas eToro, o la plataforma de inversión de espectáculos Weeshing.

A manera de escaparate, a través de la plataforma de Axend y mediante una cuenta única el usuario puede comparar los rendimientos de cada una de estas opciones, escoger los plazos y mecanismos, invertir en varias de ellas y cobrar.

"Creamos una plataforma donde puedes hacer todo este tipo de inversiones en un solo lugar y ahorrarle al usuario toda la dificultad y el tiempo para encontrar todos estos productos y ordenarlos.

"Existían todas estas plataformas que estaban haciendo fintech, toda esta industria que está naciendo, y nosotros ayudamos a cada persona a conectar con la mejor de estas oportunidades", explica Quetzal.

El trabajo de Axend consiste en homologar la información de las diferentes plataformas en cuanto a términos, rendimientos, plazos y riesgos y presentala al inversionista de una manera clara para que tome una decisión más informada.

Foto: ERNESTO MUÑOZ

POKER FACE

Como en otros casos empresariales exitosos, el concepto de Axend se basa en la respuesta a una necesidad.

Mientras que las empresas fintech utilizan a Axend para magnificar su alcance de inversionistas, a los segundos les simplifica la vida al juntar toda su cartera de proyectos en un sitio.

Gracias a esto Axend crece 20% cada mes en volumen de movimientos y usuarios; además suma 22 millones de pesos en inversiones y opera en México y Chile, con miras a expandirse a mercados como Argentina o Colombia.

Con 26 años Quetzal y Juan Pablo lograron esto, pero la idea no vino de la nada. En 2010, ambos cursaban los primeros meses de sus licenciaturas cuando a Quetzal se le ocurrió la idea de comenzar un casino en línea, en donde la moneda de cambio fuera el bitcoin.

Acostumbrado a apostar en línea, Quetzal fue interesándose en la criptomoneda, ya que mediante las transacciones con ésta se podía saber si los resultados de los juegos en la red habían sido completamente al azar.

Con apenas unos meses de haber sido concebida, hablar de bitcoin en México en esos días causaba burlas o confusión y era un tema reservado a geeks y programadores más que a inversionistas.

Quetzal sabía de ambas cosas y Juan Pablo no encontró gracioso el tema, sino redituable.

"Trataba de explicar bitcoin y no les interesaba, otros no le entendían. Fue el momento del boom en el que había rendimientos increíbles y dije 'esto es el futuro'.

"Todos en la carrera se burlaban de mí, 'ay sí tu casino de Bitcoin', me gustaría toparlos de nuevo cuando subió de los 40 a los 20 mil dólares", platica Quetzal.

La aventura duró dos años hasta que la primera burbuja del bitcoin estalló a mediados de 2013, perdiendo más de 200% de su valor de la noche a la mañana.

"Se nos acabó el dinero, todo lo pagábamos en dólares y en euros, y de un día ya no podíamos pagar las cuentas. Teníamos todos los activos en bitcoin y no sabíamos de inyección de capital, teníamos 30 mil usuarios diarios de todo el mundo y sólo 22 años", explica Quetzal.

Tras el fracaso Juan Pablo se mudó a Chile a seguir estudiando mientras administraba junto con su hermano una empresa propia de franquicias de consultorios dentales. Quetzal, en tanto, entró a Honeywell como ingeniero en servicios de la nube.

El corazón de la cultura del bitcoin y el blockchain descansa en el ideal de la descentralización, en la que ningún banco regule el sistema monetario, otorgándole el poder y el control a los inversionistas.

Aunque el proyecto del casino había fallado, ambos querían mantener el concepto pero aplicado a préstamos a pequeñas empresas, por lo que en 2015 fundaron la fintech de crowdlending Finve.

"Yo había tenido mi empresa y los papás de Quetzal habían tenido negocios. Queríamos darle a inversionistas más rendimiento que en el banco y a pymes que no pueden acceder a préstamos en el banco", explica Juan Pablo.

Sin embargo, presionada por la intensa competencia del mercado de financiamiento comunitario mediante Internet, la empresa tuvo que repensar su modelo a finales de 2016.

"Vimos que había mucha competencia, salían y salían plataformas y nuestros inversionistas de Finve nos pedían más variedad de productos", añade Juan Pablo.

En 2017, Finve transformó su modelo y transitó hacia Axend. En febrero de ese año el fondo de inversión 500 Startups aceptó a la empresa en su proceso de aceleración y desde ese momento no ha detenido la marcha.

UNE Y VENCERÁS

Eduardo Albalá, de 42 años y director financiero de Axend, acompaña a los jóvenes en la entrevista. Habiendo trabajado en 18 países para bancos y fondos de inversión, conoció a Quetzal y Juan Pablo cuando trabajaba como mentor para la firma de abogados catalana Cuatrecasa.

Axend había sido seleccionado en noviembre de 2017 para recibir asesorías por parte de Eduardo. No pasó mucho tiempo para que el financiero se convenciera del modelo y pasara de ser maestro a socio de los muchachos.

"Cuando me los encuentro y me dicen de qué va digo 'esto es otra cosa'. Me gustó mucho el modelo de negocio, me pareció brillante, no entendí cómo no había gente haciendo eso, pero después vi que sin hacer Finve no puedes hacer Axend.

"Tienes que venir de un crowdlending y tener experiencia previa, y por el poco tiempo que tiene el sector fintech no hay tanta gente con experiencia. La gente todavía está pensando montar sus Finves", explica.

Según Eduardo el dinamismo del sector fintech explica el éxito de Axend. Mientras que el gobierno mexicano ha reconocido la fuerza del segmento, y ha comenzado a regularlo, los inversionistas se están convenciendo de las oportunidades, generando más demanda de vehículos de inversión.

La fortaleza del modelo de Axend –dice– está anclada en la posibilidad de que el inversionista no iniciado pueda diversificar su dinero en distintos proyectos. Esto reduce los riesgos y aumenta los probabilidades de buenos retornos.

Las bondandes de las fintech –añade– es que éstas ofrecen productos que requieren poco capital inicial, así como conocimientos básicos, lo que termina por democratizar al mundo de las inversiones.

"Hay mucha gente que piensa que invertir no es para ellos, y hay otra que piensa que invertir es como jugar a la ruleta o ir al casino. Pero todo el movimiento del fintech está atrayendo a mucha gente que ahora está viendo que invertir sí es para ellos", dice.

En el corto plazo Axend busca añadir más empresas fintech a su portafolio para dar más opciones a los inversionistas, así como crear nuevas herramientas de asesoría financiera para ellos.

El objetivo, dicen sus directivos, es convertirse en el escaparate fintech de referencia en América Latina, donde empresas de todos los países puedan alcanzar a inversionistas de todas las latitudes.

"Cuando empezamos analizamos las tendencias y vimos que iba a haber un marketplace, y si no existía había que crearlo. Hay que crear un producto, se escucha un poco maquiavélico pero es así, donde puedas dominar el mercado", dice Quetzal.

Y Eduardo remata con la experiencia que ahora aporta a la vivacidad de Quetzal y Juan Pablo: "la mejor forma de competir es no tener competencia".

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