La euforia se despertó en pleno centro de Pachuca para corear, al unisono, ¡Tuuuzos! ¡Tuuuzos!
Minutos antes se había escuchado el silbatazo final con el que concluía el partido de vuelta de la gran final entre Tuzos del Pachuca y Diablos Rojos del Toluca.
El equipo de casa había conseguido su séptima corona. En su historia enlistaba siete campeonatos ganados.
Esta vez de la mano del director técnico Almada.
La plancha de la Plaza Independencia lució abarrotada. Caras pintas, banderas en azul y blanco, espuma en los rostros… y hasta uno que otro desmán, casi fuera de control.
Miles de aficionados del equipo del Pachuca se dieron cita en el Reloj Monumental para festejar la victoria de los Tuzos ante el Club Toluca.
La afición no ocultó su alegría: entre gritos de júbilo, brincaban gozosos adulando al equipo.
Desde autos, motos y a pie, miles de pachuqueños se dejaron llevar por la pasión; arriba y abajo de las jardineras, convivían familias enteras, la gente adulta prefería quedarse en las bancas disfrutando del ambiente, mientras que los más jóvenes arribaban los autos y motos para llenarlos de espuma y moverlos al son de la porra característica del club.
El ambiente estuvo plagado de sonrisas, llanto, gritos, baile y mucha diversión, todo el recorrido transcurrió en orden y tranquilidad; con esta victoria el Pachuca agrega la séptima estrella a su trayectoria.
Al respecto, algunos establecimientos de comida se sumaron al festejo y anunciaron que regalarían comida a los aficionados para seguir con las celebraciones.
En ese sentido, sobre las inmediaciones de la plaza, había elementos de Seguridad Pública Estatal para mantener el adecuado orden.