Silvia González y Carlos Hernández iniciaron una historia en el deporte hace 26 años; fue por sus hijos y el amor que siente al futbol, que los llevó a convertirse en los más importantes formadores en esa disciplina, sumando más de tres mil sus alumnos; sus equipos han resultado campeones nacionales, varios de sus pupilos juegan en el plano profesional.
El matrimonio con tres hijos pequeños, quería mantenerlos activos en el deporte, junto con algunos de sus primos y primas en la porra, en 1995 formo su primer equipo infantil, que fue llamado Power Rangers e ingresaron en el torneo en Tulancingo.
Llamaron la atención por la disciplina que mostraban los mini-jugadores, bien uniformados y en la cancha combativos; de tal manera que padres de familia se acercaron para pedir fueran entrenados sus hijos y así nació la historia llamada Club Satélites de Tulancingo.
Pasando los años fueron más y mejores los jugadores que pertenecían a esa organización, distinguida porque Silvia y Carlos, afrontaban la mayoría de gastos de arbitraje, transporte, uniformes, sólo con el apoyo de padres de familia.
Así llevaron a sus pupilos a ingresar a importantes torneos como el de la Liga Central de Reservas, que en la categoría 1995-199 fueron llegaron a ser tercer lugar y Campeones de Copa; posteriormente entraron a una justa de promoción en el Estado de México, el premio fue una franquicia de la Tercera División Profesional; el equipo de Satélites de Tulancingo arrasó en los juegos de ida y vuelta, jugando la final contra el representativo de Acámbaro , Michoacán, a donde llevaron a 25 jugadores sólo dos padres de familia y se trajeron el triunfo por marcador de cinco goles a dos.
Así figuraron en la Tercera División Profesional de futbol, así sus jugadores dieron el paso importante; en dos torneos fueron los rivales a vencer, sin embargo, Silvia y Carlos no pudieron sostener el equipo ya que los gastos superaron su economía, no obstante, siguieron con el ánimo por todo lo alto dando clases y entrenando a sus futbolistas.
La sencillez que los ha caracterizado combinado con una férrea disciplina, hizo que entrenadores como Juvenil Martínez, que dirigía el equipo de Toros de Huejutla pidiera a sus jugadores como Tomás Badillo, Raymundo Mejía, su hijo Alonso Hernández González, mientras que su segundo vástago Ricardo “Ricky”, fue llamado a formar parte del equipo de las Garzas UAEH de Segunda División Profesional.
También la rectitud es una de sus virtudes, por lo que el municipio Santiago Tulantepec les dio el préstamo su franquicia de la Tercera División Profesional, sin costo alguno, con el participaron en dos competencias.
La pareja de entrenadores y promotores con el apoyo de sus hijos ingresaron a una de sus máximas aventuras, ser escuela filial del Atlas en el 2011, durando seis años, en los que 21 de sus jugadores obtuvieron una visa deportiva por 10 años, y, fueron a giras por tres ocasiones a Los Ángeles California en Estados Unidos al ser campeones de todas las academias filiales del club Tapatío, además de que sus equipos fueron invitados especiales a cuadrangulares al sureste del país como en Campeche y Tabasco.
Hace unos años perdieron a unos de hijos, Oscar, quien cuando iba asistir a un juego de invitación en la zona Otomí-Tepehua tuvo un accidente, él representaba uno de los bastiones junto con Alonso y Ricky en una nueva etapa de preparación de docenas de niños y jóvenes; Silvia y Carlos, sufrieron como padres y para continuar con su vida con ese dolor tan grande, empezaron a dedicar los entrenamientos del Club Satélites de Tulancingo.
Actualmente tiene unos 70 jugadores desde la categoría 2013, a quienes enseñan con ahínco el balompié; entre sus futbolistas que están en clubes de Primera División está César Espinoza división 2005 en el América, fue su alumno desde los ocho años de edad, Alejandro Trinidad (2004), los dos en fuerzas básicas y David Pimentel en la Segunda División con los Arroceros de Cuautla.