A lo Atlas, y a lo Pachuca. La Academia se encaminó a su tercer título, pues vencieron a los Tuzos 2-0, gracias a los goles de Luis Reyes, al 26´, y de Julián Quiñones, en el agregado del segundo tiempo.
Desde los primeros minutos, ambas escuadras mostraron su ambición por tomar la ventaja, aunque las ofensivas no lucieron acertadas.
Más tarde, el encuentro cayó en una baja de juego, en el que los fallos eran continuos, aunque Julián Quiñones se mostró como el más impetuoso.
Fue hasta el 26´cuando Atlas abrió el marcador, pues Luis Reyes firmó el 1-0 con un testarazo que dejó sin oportunidad a Ustari y provocó la explosión del estadio Jalisco.
Si Atlas tenía en el 33 a su jugador más importante, Pachuca tuvo en Kevin Álvarez al que mejor posición de ataque encontró, y en la primera mitad tuvo hasta tres ocasiones, pero en dos de ellas se encontró con Camilo Vargas.
Al 32´Ustari salvó lo que parecía el segundo, pues en un mano a mano con Quiñones, detuvo el disparo del camisa 33. A la acción siguiente, un futbolista rojinegro mandó un cabezazo por un costado.
Sobre el tiempo agregado, el colombiano evitó dos ocasiones, la primera, ante un tiro de Álvarez; la segunda, un cabezazo de Ibáñez.
Para la segunda mitad, Almada dio entrada a Navarro, en lugar de un desaparecido Romario Ibarra, con la intención de revolucionar el partido como en la semifinal ante el América.
Fue al 52´de tiempo corrido cuando por fin se presentó una situación de peligro. Julio Furch remató de tijera y el balón golpeó la red, pero por la parte de afuera, ante el grito ahogado del graderío.
Atlas lucía peligroso, y Aldo Rocha quiso dar más ventaja a la Academia, pero su disparo salió apenas desviado del marco de Ustari.
Nicolás Ibáñez reventó el travesaño unos segundos después, luego de un zurdazo que cimbró el palo mayor de Vargas. Después, Luis Chávez intentó también desde media distancia, pero su intentó se fue por un costado.
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Camilo nuevamente fue factor para evitar la igualada de Pachuca pues se estiró ante un cabezazo de Guzmán, y segundo más tarde, Álvarez nuevamente tuvo la suya, pero el disparo se fue por un costado, ante un silencio sepulcral.
Para la recta final, y con varias sustituciones, nuevamente el encuentro cayó en una rutina, en la que Pachuca se acercaba al último tercio de la cancha, pero Atlas se defendía con una decena de futbolistas.
Cuando el partido agonizaba, una cabalgada del jugador que más quiso en el atlas, Julián Quiñones, dejó sembrado a dos defensores del Pachuca, y definió con calma ante Ustari, para desatar la locura en el Jalisco y encaminar la serie.
Pachuca deberá darle la vuelta al encuentro en su casa, en la que no pierde desde septiembre, y evitar el bicampeonato del conjunto rojinegro.