Como algo indescriptible, y el premio a un trabajo de más de una década, fue como calificó el tulancinguense Eligio Cervantes su participación en los Juegos Olímpicos, que este año cumple un par de décadas.
En entrevista, el triatleta, y otrora directivo de la Federación Mexicana de dicha disciplina, indicó que su participación en Atenas 2004 significó el fin del camino a algodón que comenzó en 1991, cuando arrancó su carrera.
“Yo creo que el recuerdo más preciado que tengo, es que cada paso que di al momento de ser nombrado, me vino a la mente todo lo que tuve que pasar para llegar ahí, cada que plantaba un pie, era un flashback a competencias, viajes y sacrificios que se realizaron para lograr ese objetivo”, declaró.
Y es que refirió que uno de los esfuerzos más importantes que realizó, con tal de obtener ese pase a la cita deportiva multidisciplinaria más importante del orbe, fue cambiar su residencia, pues “tenía claro que debía irme al extranjero, para buscar mayor nivel y una preparación más exigente”.
Cervantes detalló que sin duda fue una experiencia increíble, en la que hubo algunos pasajes que le sorprendieron mucho y que son inolvidables para él.
“Los Juegos Olímpicos son lo máximo para un deportista, más allá de muchas competencias a las que puedes aspirar, esa es a la que todos queremos llegar, y a la que mayor satisfacción puedes sentir por estar presente”, expresó.
Durante Atenas 2004, Cervantes se ubicó en el puesto 38, con un tiempo de 1:59:27.810 horas, con ocho minutos de distancia con respecto al ganador de la medalla de oro de aquella edición, el neozelandés, Hamish Carter, quien concluyó la prueba en 1:51:07.730.
Luego de su presencia en Grecia, el tulancinguense ha tenido presencia en otros Juegos Olímpicos, los últimos, Tokio 2020, pero ya no en su faceta de atleta, sino como apoyo del equipo de triatlón.
Además de los Juegos Olímpicos, Cervantes fue dos veces medallista en el Campeonato Panamericano de su disciplina, obtuvo una plata en la edición de 2005, celebrada en Colombia, mientras que en 1997 se consagró campeón, en Puerto Vallarta.