Este 14 de abril, Miguel Calero, uno de los últimos ídolos de los Tuzos del Pachuca cumpliría 52 años de edad y, al mismo tiempo, se conmemora, en su memoria, el Día del Portero.
Miguel Ángel Calero Rodríguez nació un día como hoy, pero de 1971, en Ginebra, Valle del Cauca, Colombia, y fue en dicha localidad que se enroló en su primer club, el Real Independiente.
Tras ello, con menos de 15 años, fue protagonista de una transacción que rondó los 150 mil pesos colombianos, uniformes para el club, y dos balones, para pasar a una escuela que llevaba el nombre de Carlos Sarmiento Lora.
Fue para 1987 cuando Calero, ya apodado como El Show, vería su debut como profesional, en el Sporting de Barranquilla.
Cuatro años más tarde tuvo su primera coincidencia con lo que sería su casa más tarde, pues ante la salida de Carlos Trucco, quien sería arquero de los Tuzos en la temporada 1994-1995, Miguel recaló en el Deportivo Cali.
En el conjunto caleño, el Cóndor fue pieza fundamental para que, después de 22 años, el cuadro verdiblanco obtuviera su sexta estrella, en 1996.
Para el año siguiente, en 1997, Calero fue el protagonista de la mayor transacción, hasta ese momento, entre clubes colombianos, pues cambió el Cali, por el Atlético Nacional de Medellín, a cambio de 1 millón 700 mil dólares.
Fueron tres los años que estuvo en esa disciplina, en las que, el ya seleccionado colombiano vería una de sus noches más recordadas por el futbol sudamericano, pues en plena Copa América 1999, que se celebraba en Paraguay, sería el arquero con el que Martín Palermo se cruzaría para errar tres penales, en un compromiso entre Argentina y los cafetaleros.
Cabe señalar, que el Cóndor solo atajó el último, pues los primeros dos el Loco los envió por encima del travesaño.
Fue para el Invierno del 2000, que llegaría a la que sería su casa por, literalmente, el resto de su vida, pues los Tuzos lo traerían como refuerzo para ese campeonato.
Su debut no fue positivo, pues el primer encuentro, frente al Toluca, el cuadro de la Bella Airosa perdió como local 4-3.
Su esposa, Sandra Sierra, relató que, luego de ese compromiso, el arquero vaticinó su salida del equipo blanquiazul.
“Regresó, y me dijo que no íbamos a comprar una casa, o un coche, porque después del marcador, la confianza en él iba a caer, y nos regresaríamos pronto a Colombia. Pero el destino nos dejó aquí, y estuvimos en los triunfos y los fracasos, porque a Miguel no le gustaba perder”, dijo.
Sin embargo, Miguel estaba en el principio de lo que fue su época más ganadora, pues apenas en 2001 logró la primera Copa América para su país, venciendo en la final a, paradójicamente, la selección mexicana, dirigida por Javier Aguirre.
Ese mismo año, con los Tuzos fue uno de los protagonistas de aquel plantel dirigido por Alfredo Tena que consiguió el subcampeonato ante Santos, y luego el campeonato, frente a Tigres.
Al año siguiente, logró su primer título internacional con los Tuzos, pues consiguió la primera Copa de Campeones y Subcampeones de la Concacaf.
Para 2003, nuevamente levantaría el cetro de la Liga MX, nuevamente frente a la Universidad de Nuevo León, pero ahora con Víctor Manuel Vucetich en el timón.
La Copa Libertadores también se disputó con el cuadro hidalguense, pues en 2005, los Tuzos fueron encuadrados con Boca Juniors, Deportivo Cuenca y el Sporting Cristal; sin embargo, luego de ubicarse en el segundo lugar de su grupo, Pachuca fue eliminado por el Guadalajara.
Para 2006, Calero levantó el primero de sus títulos como capitán de los hidalguenses, luego de vencer al San Luis por la mínima diferencia en la final del Clausura 2006, gracias a un penal de Richard Núñez.
Sin embargo, sería el 13 de diciembre, uno de los días más recordados por el fútbol mexicano, ya que en el cielo santiaguense, en Chile, el Cóndor levantó al cielo el único título de un club mexicano en un torneo de la Conmebol, luego de remontar vía Chaco Giménez y Gabriel Caballero un tanto inicial de Humberto Suazo, y conseguir la Copa Sudamericana.
América, Chivas, Los Ángeles Galaxy, Saprissa, y Cruz Azul fueron sus siguientes víctimas para conseguir campeonatos de la Liga de Campeones de la Concacaf y Liga MX.
Fue en 2011, a causa de una trombosis que le perseguía de meses atrás, que Miguel anunció su retiro, no sin antes, dejar una frase para la memoria de los aficionados del albiazul.
“Si volviera a nacer, me llamaría Miguel Calero, sería portero, y defendería a huevo (sic), los colores del Pachuca”.
El último vuelo del Cóndor se dió el 22 de octubre de 2011, fue el estadio Hidalgo el recinto que recibió el último show, y fue con un 0-0 entre Pumas y Tuzos que dejó a Calero besando el centro de la cancha, y despidiéndose de su afición.
Tras ello, fue entrenador de porteros en los Tuzos, hasta que en noviembre de 2012, sufrió algunas consecuencias de su padecimiento.
“Por medio de la presente, el Club de Futbol Pachuca informa que tras haber sufrido dos episodios de trombosis cerebral que derivaron este lunes en una muerte cerebral, la tarde de este martes 4 de diciembre de 2012, nuestro Director Técnico de Porteros,Miguel Ángel Calero Rodríguez ha fallecido”, colocó el equipo en aquella noche que el Cóndor pasó a mejor vida.
Después de ello, el lobby del Auditorio Gota de Plata fue el recinto que recibió sus restos mortales, no sin antes ser recibidos por el “mira, mira, mira que alegría. Mira, mira, mira, qué emoción. Ha llegado Miguel Calero, Miguel Calero para ser campeón”, de parte de su hinchada.
A partir de ahí, el colombiano ha recibido múltiples homenajes, como lo fue el Calero Center, para entrenamiento de arqueros, en las instalaciones del Pachuca, una escultura con su frase a las afueras del Hidalgo, así como su investidura, en 2019, al salón de la Fama del Futbol Internacional.
Además, la marca que le patrocinó tuvo la iniciativa de, a partir de 2013, conmemorar a los guardianes del arco año con año.
Miguel Calero cumpliría 52 años un día como hoy, pero en la memoria colectiva de la afición tuza vivirá siempre.