Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como Santo El Enmascarado de Plata, dejó de existir un día como hoy, pero de 1984 y a partir de entonces se inmortalizó como la máxima leyenda de la lucha libre mexicana, que puso en el mapa mundial este deporte espectáculo y prevalece hasta ahora como uno de los héroes del pancracio.
“Hace 39 años que El Santo partió hacia la arena celestial. Descanse en paz mi amado padre. 1984-2023. Febrero 5”, publicó en su cuenta de twitter El Hijo del Santo, como lo hace cada año para conmemorar la partida del luchador.
También, como cada año, este lunes 5 de febrero, el gobierno municipal de Tulancingo realizará un homenaje a Guzmán Huerta en su estatua conmemorativa, ubicada en las inmediaciones del museo del Ferrocarril, también conocido como Corredor Cultural de Museos.
En este homenaje, se presentarán los trabajos finalizados de restauración de su estatua, que conformó el retiro de grafitis en la base, donde se pulió la cantera de revestimiento y se repusieron faltantes de pintura y acabados en la estatua.
Los materiales de la escultura son básicamente de resina con un alma interna de estructura y fierro.
El escultor de la obra es Edwin Barrera, quien fue apoyado por el arquitecto y también escultor Guillermo Montiel, quien ejecutó dicha restauración y participó en el proceso creativo de la escultura, por lo que conoce a detalle los elementos de la obra.
El Santo ha puesto también a Tulancingo en los ojos del mundo, a través de sus películas y su trayectoria luchística.
En Tulancingo, además de un monumento, se cuenta con un museo dedicado al legendario luchador, que ha extendido su acervo, con apoyo de diversos sectores de la sociedad y la comunidad artística.