CIUDAD COOPERATIVA CRUZ AZUL.- ¡Gracias Cruz Azul! Gritaron un grupo de jóvenes a una sola voz, mientras brincaban y ondeaban sus banderas, mientras otros se quitaban las camisas, justo al momento en el que el árbitro dio el silbatazo final de encuentro entre Santos y Cruz Azul, que quedó empatado a uno, ya que gracias al gol que los celestes marcaron en el partido de ida, se alzaron con la victoria. Luego el coro, Azul, Azul, inundó el lugar.
La pandemia no permitió que en esta ocasión muchos cooperativistas fueran al Estadio Azteca, donde se disputo el partido de vuelta, pero eso permitió que cientos se concentraron en la glorieta frente al estadio 10 de Diciembre, donde la cooperativa Cruz Azul colocó una pantalla gigante para seguir el partido y se armara una verdadera romería.
Los cruzazulinos tenían confianza de que este torneo podrían agregarle una estrella a su jersey, ya que en la glorieta, un sitio emblemático de los grandes festejos, donde los cementeros colocaron décadas una bandera monumental de La Cruz Azul, pusieron desde temprana hora un templete, un sonido, pero además contrataron una banda y fuegos artificiales que estaban listos para el festejo.
Los dos últimos minutos del tiempo reglamentario fueron un suplicio, aunque muchos ya festejaban por adelantado y los nervios se crisparon durante el tiempo de compensación de 5 minutos que se convirtieron en diez y que se hicieron una eternidad. Y de los nervios la afición pasó por unos segundos a la incredulidad y luego al júbilo cuando los comentaristas en la transmisión tras el silbatazo final anunciaban que Cruz Azul consiguió la novena.
Gente gritando a todo pulmón un ¡Gracias!¡Ganamos!, y luego la locura, grandes y chicos se abrazaban, bailaban, coreaban ¡Azul! ¡Azul¡ Fue una explosión de alegría de la ola azul, con banderas ondeando antorchas de humo azul florando en el ambiente y cohetes de colores y bombas estallando en el cielo.
Los jóvenes eran sin duda los más felices, porque la mayoría nunca había visto ganar a su equipo, solo conocían de derrotas en finales y entonces no sabían cómo reaccionar y como el sentimiento los embargó, las lágrimas afloraron.
Después ya con la banda y las cervezas circulando, los aficionados comenzaron a bailar, otros se limitaban a corear las canciones y la fiesta se armó.
Y más se animaron cuando por el micrófono uno de los lideres cooperativistas Federico Sarabia Pozo les informó que el equipo de futbol viajará a Jasso, en breve.
Las familias que llevaban pequeños comenzaron a retirarse pero cientos comenzaron a llegar de otras comunidades y municipios.