Del centenario, mangana para la posteridad

Aquilino Aguilar Moreno le entregó a la charrería una de las manganas más innovadoras, pero que solo es de exhibición

Luis Carlos León

  · jueves 14 de septiembre de 2023

Aquilino, realizando la mangana del centenario / Fotos: Federación Mexicana de Charrería

Este 14 de septiembre se conmemora el día del Charro, fecha instaurada desde que lo decretó, en 1934, el entonces presidente Abelardo Rodríguez.

Deporte nacional por excelencia, fue creado en Hidalgo, de acuerdo con algunos cronistas, y avalado por la Federación Mexicana de Charrería, y uno de los hijos de la tierra que vio nacer a esta disciplina, regaló una de sus maniobras con mayor destreza.

Fue el 5 de mayo de 1962, en pleno festejo por el centenario de la Batalla de Puebla y teniendo como sede el lienzo monumental de la Angelópolis, cuando Aquilino Aguilar Moreno, nacido en Francisco I. Madero, se puso de pie sobre su caballo para realizar algunas piruetas con la cuerda y posteriormente lazó a una yegua, en una mangana que quedó para la posteridad.

De acuerdo con las crónicas de la época, los jueces le reconocieron el valor para realizarla, y le propusieron que se le llamara “La Aquilina”; sin embargo, El Charro de Leyenda y de Romance se negó a tal mote, y prefirió bautizarla como “La mangana del Centenario”, para honrar la fecha en la que se presentó.

En entrevista, el Presidente de la Unión de Asociación de Charros del Estado de Hidalgo, Francisco Samperio, esta maniobra se volvió especial por la forma tan vistosa de subirse al caballo, y en un giro, hacer el remate y al entrar la mangana tiraba la yegua a horcajadas sobre el caballo.

Samperio detalló que, esta mangana lamentablemente es solo de exhibición, pues el reglamento de la federación contempla otras especificaciones para que sea válida en una competencia oficial.

Sin embargo, reconoció que la invención del tepatepense es una maniobra destinada a charros completos, pues requiere de un binomio muy compenetrado, en el que el hombre tenga la confianza para subirse sobre el equipo y que este no tenga miedo de las vibraciones sobre de él, y cuando pase la yegua a su lado.

“Es muy poco común verla, porque requiere muchísima destreza. Es algo muy especial”, concluyó.