Cazador 40 años de gladiador

De las revistas de segunda mano, nació su pasión por la lucha libre y su nombre de batalla.

CATALINA MARTÍNEZ | El Sol de Tulancingo

  · jueves 2 de abril de 2020

Cazador con su amplia experiencia quiere ser instructor y amigo de quien se solicite |CATALINA MARTÍNEZ

Cargado con una maleta que habla de mil vivencias, presentaciones en cuadriláteros de varias partes del país, de amor y desamor, el “Cazador Indio” nacido en Morelos, con corazón de tulancinguense, el próximo 31 de agosto cumplirá 40 años de su debut en la lucha libre.

Con una niñez en la que sufrió el abandono de sus padres, criado por sus tíos, decidió encaminarse por voluntad propia en el trabajo y el deporte; eligiendo ser gladiador inspirado en las revistas de segunda mano, al ver al Rayo de Jalisco, Ciclón Veloz, El Solitario, dice: “vestían bien, buenos carros y casas, hay que meterse ahí a ver si pega; cuando salí de la primaria, ya no pude seguir estudiando porque no me pudieron pagar más la escuela; cursé la secundaria abierta y la preparatoria la dejé trunca”.

Viviendo por el rumbo de Ciudad Nezahualcoyotl, trabajando en un mercado conoció a luchadores Genio Nazi y Gil Franco.

Fueron los primeros que le enseñaron “a echar maroma”; sin embargo, quería ser como Ray Mendoza, “El papá de los Villanos#, buscaba que él lo entrenara, no se pudo; en su camino se encontró a Costeño Nava y Pedro Nieves y aunque el gimnasio quedaba lejos de su casa iba a aprender, “cuando llegaba con ellos ya tenía hambre”.

Su nombre de batalla primero fue el de pila, Luis López; llegó hace 30 años a Tulancingo buscando a su mamá “ya me considero de esta tierra”; en sus batallas están las personales; “para triunfar en esto hay que estar solo, uno abandona mucho a la familia, me quería casar una sola vez, no pudo ser así, la mujer necesita atención, incluso en una ocasión renuncié a la lucha libre”.

Otra fuerte situación fueron los amigos y el alcohol, ser invitador y otras veces rechazando las parrandas, por eso tiene una frase: “no te creas lo que no eres, porque quien sabe si lo vas a llegar a ser”.

Por el otro, una férrea preparación que le dio Antonio Navarro Camargo “El Enfermero”, como: maromas, resortes, entradas, salidas, japonesas como caer, incluso una llave por semana, hasta que estaba bien aprendida; que lo llevó a ser premiado como la Revelación en la Arena Neza en 1984, trofeo que viaja con él por todos lados, obtener varios cinturones de peso pluma a ligero welter y su licencia como luchador.

Su nombre “Cazador Indio” nació en una gira en Monterrey de una revista de vaqueros contra indios, perdió su máscara en 1994 contra uno de sus grandes rivales “Estelaris” en 1994.

Ser deportista lo ha dejado conocer a mucha gente, estuvo en el retiro un año al lastimarse la clavícula en una batalla contra “Los Matemáticos, situación que libró por el apoyo de sus compañeros y empresarios; su fuerte en el cuadrilátero es cuando aplica la llave de finalización “estaca india” que es uno de sus sellos; también a practicado levantamiento de potencia.

Hoy a sus 62 años su lucha está puesta en que en Tulancingo se forme una unión, que apoye y proteja a sus compañeros.

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