/ sábado 3 de febrero de 2018

Las figuras que pueden cambiar el rumbo del Super Bowl LII

Para el duelo del próximo domingo entre Águilas y Patriotas, hay varios jugadores que pueden darle el triunfo a su equipo con su pura presencia

Las grandes figuras son las que determinan en muchas ocasiones al ganador de los Super Bowls.

Las 51 ediciones previas del gran juego han quedado marcadas por algunas jugadas irrepetibles que han dictaminado al campeón de la NFL. ¿Quién no recuerda la increíble recepción de David Tyree en la edición XLII que le quitó el invicto a los Patriotas?, o ¿la atrapada en los últimos segundos de Santonio Holmes con los pies rosando el emparrillado?.

Ahí, en el gran escenario, también se han consagrado los mejores jugadores en la historia de la liga. En estos partidos ha brillado por encima de todos las figuras como Joe Montana y el propio Tom Brady, a diferencia de Dan Marino, quarterback de Miami en la época de los 80’s y 90’s, quien siempre será recordado por ser el mejor mariscal de campo sin un anillo de campeón.

Para el duelo del próximo domingo entre Águilas y Patriotas, hay varios jugadores que pueden darle el triunfo a su equipo con su pura presencia, pero claro está que Nueva Inglaterra tiene de su lado al mejor jugador en la historia de los Super Bowls: Tom Brady.

Qué más se puede decir del ídolo

Claramente es el mejor jugador en la historia de los Super Bowls. Ha sido designado en cuatro ocasiones como el Jugador Más Valioso de la final, está igualado con Charles Haley como los máximos ganadores (5), es líder con 15 pases de touchdowns y 2,071 yardas en las ocho ocasiones que ha diputado el “gran juego”.

Con esos antecedentes, el estelar #12 de Nueva Inglaterra volverá a disputar otro capítulo que lo confirmaría como el mejor jugador de todos los tiempos, por si alguna duda existe. Su liderazgo y efectividad en los momentos claves lo han catapultado a lo más alto de la NFL. Brady tiene ese ADN ganador que lo ha llevado en nueve ocasiones a la lucha por el título. Con excepción de una temporada, jamás ha contado con un cuerpo de receptores de élite. Ha sacado el máximo provecho de sus armas y pese a sus 40 años se mantiene en el mejor nivel posible.

Brady es el arma fuerte en la que los Patriotas depositan sus esperanzas por alcanzar a Pittsburgh como la franquicia más ganadora de la historia con seis trofeos Vince Lombardi.

La revelación

En una liga de pasadores, cuesta ver que mariscales de campo por debajo del promedio lleguen a un Super Bowl. Ese fue el caso de Nick Foles con Filadelfia.

Es verdad que Carson Wentz ya le dejó el equipo encarrillado con el mejor registro de la NFL, y también lo es que cuenta con uno de los mejores cuerpos de receptores en la actualidad (Jeffery, Torrey Smith, Nelson Agholor y el propio Zach Ertz), pero Nick Foles llega al juego del próximo domingo sin nada que perder y todo por ganar.

Un triunfo le podría asegurar en su futuro otro contrato multimillonario como el que le dieron los Carneros de San Luis hace algunos años. Foles es capaz de tener partidos como el de la final de la Conferencia Nacional donde superó las 300 yardas y lanzó tres pases de touchdown, pero también puede entrar en la versión con la que cerró la campaña ante los Vaqueros de Dallas donde se fue sin anotaciones y menos de 150 yardas aéreas.

¿Qué versión veremos de Nick Foles?, esa es la incógnita.

 Cuando está sano, es el jugador más dominante de toda la NFL

Su 1.98 de altura y 120 kilogramos lo hacen indefendible para cualquier defensivo de la liga. En plena evolución de las alas cerradas que se han convertido en más receptores que bloqueadores, Gronkowski eleva el dilema. ¿Defenderlo con un profundo o un linebacker?

Esa ha sido la pregunta que todos los coordinadores defensivos se han hecho y muy pocos la han resulto con éxito. Si ponen a un linebacker, la velocidad del #87 de los Pats lo hace pagar, y si lo hace con un elemento de la secundaria, la corpulencia y altura de Rob lo ponen en situación inmejorable. Además cuenta con un aliado de la categoría de Tom Brady.

Su gran problema en sus ocho temporadas en la liga, todas con Nueva Inglaterra, pasa por su estado físico. Las lesiones han sido su única defensa. Inclusive para el juego del domingo su condición es una incógnita ya que no practicó durante la semana pasada. En la temporada tuvo 69 recepciones para 1,084 yardas y ocho touchdowns.

El héroe del Super Bowl 49

Una jugada de Butler le dio a Nueva Inglaterra su cuarto título y desde ese momento se convirtió en uno de los esquineros más confiables de toda la NFL.

Su velocidad y capacidad de anticipación condiciona a los quarterbacks rivales, los cuales prefieren lanzar al lado opuesto para tratar de ver al #21 cerca del ovoide. A lo largo de la actual campaña, Butler tuvo 60 pases defendidos de forma exitosa y logró dos de las ocho intercepciones que acumula a lo largo de su carrera de cuatro años en la liga.

El proveniente de la Universidad de West Alabama es, quizás, la pieza angular de la defensiva de Bill Belichick y tendrá el próximo domingo la difícil encomienda de hacerle frente a los estelares receptores abierto de Filadelfia, comandados por Alshon Jeffery.

Arribó a las Águilas a la mitad de la actual temporada y, pese a que el equipo estaba en una racha positiva, logró darle un plus a la mejor ofensiva de la NFL, en ese entonces.

El ataque terrestre entró en otra dimensión con el ex corredor de los Delfines de Miami en su ‘backfield’. Poco a poco le fue ganando terreno a Legarrette Blount y la titularidad se quedó con el #36. Acarreos cortos y uno que otro largo, pero cada que tomaba el balón se transformaba en una jugada positiva para su equipo.

Uno de los puntos más flojos de Nueva Inglaterra es justamente su defensiva por tierra, por lo que Ajayi y el propio Blount podrían tener un papel determinante si es que las Águilas quieren dar la gran campanada en el Super Bowl LII.

Llegó en la agencia libre a Filadelfia y de inmediato causó impacto.

Era el receptor primario en los Osos de Chicago, pero su calidad era mucha para permanecer en un equipo perdedor. En el verano se unió a las Águilas y junto a Carson Wentz formó una de las duplas más productivas de la NFL. Después llegó la lesión que dejó fuera la parte final de campaña al pasador titular y aunque bajó su productividad, cuando Foles lo utilizó, obtuvo resultados más que favorables. En la final de la Conferencia Nacional ante Minnesota fue precisamente el recpetor #17 el jugador clave para regresar a Filaldelfia a un Super Bowl.

Su primer año como “Eagle” lo contabiliza con 57 recepciones para 789 yardas y dos touchdowns. El domingo, tendrá un duelo dificilísimo ante Malcolm Butler, dos de los mejores jugadores de la liga en sus posiciones.

Las grandes figuras son las que determinan en muchas ocasiones al ganador de los Super Bowls.

Las 51 ediciones previas del gran juego han quedado marcadas por algunas jugadas irrepetibles que han dictaminado al campeón de la NFL. ¿Quién no recuerda la increíble recepción de David Tyree en la edición XLII que le quitó el invicto a los Patriotas?, o ¿la atrapada en los últimos segundos de Santonio Holmes con los pies rosando el emparrillado?.

Ahí, en el gran escenario, también se han consagrado los mejores jugadores en la historia de la liga. En estos partidos ha brillado por encima de todos las figuras como Joe Montana y el propio Tom Brady, a diferencia de Dan Marino, quarterback de Miami en la época de los 80’s y 90’s, quien siempre será recordado por ser el mejor mariscal de campo sin un anillo de campeón.

Para el duelo del próximo domingo entre Águilas y Patriotas, hay varios jugadores que pueden darle el triunfo a su equipo con su pura presencia, pero claro está que Nueva Inglaterra tiene de su lado al mejor jugador en la historia de los Super Bowls: Tom Brady.

Qué más se puede decir del ídolo

Claramente es el mejor jugador en la historia de los Super Bowls. Ha sido designado en cuatro ocasiones como el Jugador Más Valioso de la final, está igualado con Charles Haley como los máximos ganadores (5), es líder con 15 pases de touchdowns y 2,071 yardas en las ocho ocasiones que ha diputado el “gran juego”.

Con esos antecedentes, el estelar #12 de Nueva Inglaterra volverá a disputar otro capítulo que lo confirmaría como el mejor jugador de todos los tiempos, por si alguna duda existe. Su liderazgo y efectividad en los momentos claves lo han catapultado a lo más alto de la NFL. Brady tiene ese ADN ganador que lo ha llevado en nueve ocasiones a la lucha por el título. Con excepción de una temporada, jamás ha contado con un cuerpo de receptores de élite. Ha sacado el máximo provecho de sus armas y pese a sus 40 años se mantiene en el mejor nivel posible.

Brady es el arma fuerte en la que los Patriotas depositan sus esperanzas por alcanzar a Pittsburgh como la franquicia más ganadora de la historia con seis trofeos Vince Lombardi.

La revelación

En una liga de pasadores, cuesta ver que mariscales de campo por debajo del promedio lleguen a un Super Bowl. Ese fue el caso de Nick Foles con Filadelfia.

Es verdad que Carson Wentz ya le dejó el equipo encarrillado con el mejor registro de la NFL, y también lo es que cuenta con uno de los mejores cuerpos de receptores en la actualidad (Jeffery, Torrey Smith, Nelson Agholor y el propio Zach Ertz), pero Nick Foles llega al juego del próximo domingo sin nada que perder y todo por ganar.

Un triunfo le podría asegurar en su futuro otro contrato multimillonario como el que le dieron los Carneros de San Luis hace algunos años. Foles es capaz de tener partidos como el de la final de la Conferencia Nacional donde superó las 300 yardas y lanzó tres pases de touchdown, pero también puede entrar en la versión con la que cerró la campaña ante los Vaqueros de Dallas donde se fue sin anotaciones y menos de 150 yardas aéreas.

¿Qué versión veremos de Nick Foles?, esa es la incógnita.

 Cuando está sano, es el jugador más dominante de toda la NFL

Su 1.98 de altura y 120 kilogramos lo hacen indefendible para cualquier defensivo de la liga. En plena evolución de las alas cerradas que se han convertido en más receptores que bloqueadores, Gronkowski eleva el dilema. ¿Defenderlo con un profundo o un linebacker?

Esa ha sido la pregunta que todos los coordinadores defensivos se han hecho y muy pocos la han resulto con éxito. Si ponen a un linebacker, la velocidad del #87 de los Pats lo hace pagar, y si lo hace con un elemento de la secundaria, la corpulencia y altura de Rob lo ponen en situación inmejorable. Además cuenta con un aliado de la categoría de Tom Brady.

Su gran problema en sus ocho temporadas en la liga, todas con Nueva Inglaterra, pasa por su estado físico. Las lesiones han sido su única defensa. Inclusive para el juego del domingo su condición es una incógnita ya que no practicó durante la semana pasada. En la temporada tuvo 69 recepciones para 1,084 yardas y ocho touchdowns.

El héroe del Super Bowl 49

Una jugada de Butler le dio a Nueva Inglaterra su cuarto título y desde ese momento se convirtió en uno de los esquineros más confiables de toda la NFL.

Su velocidad y capacidad de anticipación condiciona a los quarterbacks rivales, los cuales prefieren lanzar al lado opuesto para tratar de ver al #21 cerca del ovoide. A lo largo de la actual campaña, Butler tuvo 60 pases defendidos de forma exitosa y logró dos de las ocho intercepciones que acumula a lo largo de su carrera de cuatro años en la liga.

El proveniente de la Universidad de West Alabama es, quizás, la pieza angular de la defensiva de Bill Belichick y tendrá el próximo domingo la difícil encomienda de hacerle frente a los estelares receptores abierto de Filadelfia, comandados por Alshon Jeffery.

Arribó a las Águilas a la mitad de la actual temporada y, pese a que el equipo estaba en una racha positiva, logró darle un plus a la mejor ofensiva de la NFL, en ese entonces.

El ataque terrestre entró en otra dimensión con el ex corredor de los Delfines de Miami en su ‘backfield’. Poco a poco le fue ganando terreno a Legarrette Blount y la titularidad se quedó con el #36. Acarreos cortos y uno que otro largo, pero cada que tomaba el balón se transformaba en una jugada positiva para su equipo.

Uno de los puntos más flojos de Nueva Inglaterra es justamente su defensiva por tierra, por lo que Ajayi y el propio Blount podrían tener un papel determinante si es que las Águilas quieren dar la gran campanada en el Super Bowl LII.

Llegó en la agencia libre a Filadelfia y de inmediato causó impacto.

Era el receptor primario en los Osos de Chicago, pero su calidad era mucha para permanecer en un equipo perdedor. En el verano se unió a las Águilas y junto a Carson Wentz formó una de las duplas más productivas de la NFL. Después llegó la lesión que dejó fuera la parte final de campaña al pasador titular y aunque bajó su productividad, cuando Foles lo utilizó, obtuvo resultados más que favorables. En la final de la Conferencia Nacional ante Minnesota fue precisamente el recpetor #17 el jugador clave para regresar a Filaldelfia a un Super Bowl.

Su primer año como “Eagle” lo contabiliza con 57 recepciones para 789 yardas y dos touchdowns. El domingo, tendrá un duelo dificilísimo ante Malcolm Butler, dos de los mejores jugadores de la liga en sus posiciones.

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