Guadalajara. Como un incansable combatiente entre las letras, el periodismo y la política, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez Mercado fue reconocido con el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara (UdG), en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024.
Dicho nombramiento fue interpretado por el autor como una restitución de su grado académico que le fue retirado por la represión ejercida por parte del gobierno de su país, del que salió exiliado por segunda ocasión en 2021, tras la prohibición de su libro Tongolele no sabía bailar, y la emisión de una orden de detención por “menoscabo a la integridad nacional y provocación, proposición y conspiración”.
El evento se llevó cabo en el Paraninfo Enrique Díaz de León, donde el escritor emitió un sentido discurso en el que se refirió a las razones por las que se opuso a la dictadura de Anastasio Somoza al colaborar con el Grupo de los 12, en apoyo a la lucha del Frente Sandinista de Liberación Nacional, así como por su trabajo como vicepresidente de Nicaragua de 1985 a 1990, durante el gobierno de Daniel Ortega, y su candidatura para presidente a la república de Nicaragua en 1996.
“Acción e imaginación. Cambiar el mundo en la ficción, cambiarlo en la realidad. Una y otra han sido para mí maneras éticas de alterar la realidad. Hay ética cuando hay detrás un ideal. Cuando el interés por los demás se sobrepone al interés por uno mismo”, dijo el escritor, quien se reconoció heredero de una tradición de “quienes pagan un precio por sus palabras”, desde Ovidio, hasta Pablo Neruda, Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti.
Hoy sé que la realidad no pude cambiarla, y la tiranía que entonces combatí mutó en otra tiranía peor. Mea culpa. Los sueños de la razón, qué se le va a hacer, engendran monstruos. Las utopías devienen en distopías. Sergio Ramírez Mercado.
El mensaje en principio parecía desalentador, pero más adelante el autor de la novela Margarita, está linda la mar, con la que ganó el Premio Alfaguara en 1998, reflexionó sobre la capacidad de la literatura más allá de los tiempos políticos que si bien no pudo cambiar, sí desafía a través de los libros.
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Quiero también ser recordado como un escritor que nunca apagó la luz mientras escribía, y mantuvo siempre la ventana abierta a los ruidos y rumores del mundo, a las anormalidades de la opresión y la injusticia, a las violencias del poder tirano.Sergio Ramírez Mercado.
“De la política me quedó, como a Voltaire, el gusto por el oficio de hombre público, el que siempre quiere opinar mientras haya problemas sobre los que opinar, el espíritu crítico que nunca habrá de alejarme del debate. Y el gusto por la tolerancia, y la desilusión de las ideas eternas y los credos inviolables y la desconfianza en las verdades para siempre”, aseguró.
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Al término de su discurso, el escritor, quien ya cuenta con el Premio Miguel de Cervantes, agradeció a las autoridades universitarias por convertirlo en uno de los invitados más frecuentes de la FIL Guadalajara, desde hace tres más de tres décadas.
