Santuario Mapethé, joya hidalguense

El doctor Antonio Lorenzo Monterrubio la describe como obra magistral

SONIA NOCHEBUENA

  · miércoles 22 de mayo de 2019

Su construcción fue en el siglo XVI. / FOTO: ESPECIAL

Una de las obras magistrales del arte barroco de la época del virreinato en México se localiza en el municipio hidalguense El Cardonal, conocida como Santuario Mapethé, una iglesia fundada alrededor del siglo XVI, la cual cuenta con una amplia riqueza arquitectónica.

El doctor en Arquitectura, Antonio Lorenzo Monterrubio califica esta obra como la “joya de la Sierra Gorda hidalguense, es una obra magistral del arte virreinal en México”.

En sus aportaciones Lorenzo Monterrubio explica que el edificio requirió muchos años para su terminación. Su fama inicia desde la donación de un crucifijo por Alonso de Villaseca en el siglo XVI.

En el año 1728 fue autorizada una nueva construcción para sustituir a la primitiva capilla, la cual se hallaba en estado ruinoso. La labor fue en gran parte posible gracias a la promoción llevada a cabo por el bachiller Antonio Fuentes de León, primer cura de la doctrina. Él impulsó la ornamentación de su interior, ejemplo excelso del barroco mexicano.

El doctor en Arquitectura reconoció a Don Ernesto Escamilla, quien durante más de seis décadas del siglo pasado, se encargó de cuidar y mantener el edificio.

Este Santuario destaca porque su construcción está en una serranía accidentada, donde la fachada es colorida y su arquitectura destaca por efectos de luces y sombras.

Mientras que la cruz del atrio, levantada sobre una plataforma y una base, ambas encaladas, se levanta directamente al eje principal de la nave de la iglesia, esta es una referencia a las cruces de piedra del siglo XVI.

El retablo principal fue concluido en el mes de mayo de 1765, la pintura mural completa la ornamentación, de pintura, escultura y arquitectura, “es una síntesis perfecta del arte barroco”, describe el doctor Lorenzo Monterrubio.

DATOS

Durante seis décadas del siglo pasado fue cuidada por Don Ernesto Escamilla.

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