TULA DE ALLENDE, Hgo.- En la alejada comunidad de San Miguel de las Piedras, perteneciente a Tula, existen unas pinturas rupestres que aún no han tenido el debido estudio por parte de los especialistas, pero que seguramente fueron realizadas en la prehistoria, cuando la humanidad todavía era nómada. Júnto a ellas también hay petrograbados, con gran parecido entre sí.
Estas figuras se ubican en la margen del río de la localidad tulense, en un abrigo rocoso cercano a un pequeño manantial, en un paraje lleno de vegetación y sobre una especie de refugio formado por las peñas que posiblemente no fue creado por la naturaleza.
Desafortunadamente, manos vandálicas han pintarrajeado con aerosol estos vestigios del pasado, sin que ninguna autoridad intervenga y cínicamente los sosos que han hecho esta maldad a la memoria del pueblo, dejaron plasmada la frase: “Dedicado a la preservación de la cultura”. Sin embargo, la fuerza de la historia ha resistido estos embates y aún pueden observarse las pinturas color ocre, aunque con severos e irreparables daños.
En un espacio de aproximadamente diez metros están plasmados aros con un círculo en su interior, medias lunas y animales de cuatro patas de diferentes tamaños que posiblemente representaron coyotes. Junto a ellos se encuentran petrograbados de concéntricos con rayas y medias lunas, con los cuales tal vez sus creadores quisieron representar al sol y la luna, el tiempo diurno y nocturno. El vestigio de que en épocas tan remotas los primeros hombres que anduvieron por Tula ya miraban más allá del firmamento.
Asimismo debajo de la masa pétrea que forma el refugio antes mencionado, hay una serie de hoyuelos tallados en la roca y una figura que parece representar a un ser humano, también de color ocre.
Además de los horribles graffiti modernos que abundan en el lugar, una espesa película de polvo cubre la roca, sin embargo, deja entrever que bajo ella existen todavía más pinturas rupestres con diversas formas.