/ miércoles 24 de julio de 2024

Un abrazo para nuestros queridos amigos peludos

El pasado 21 de julio se celebró el día del perro que, aunque se ha considerado como una celebración mundial, la realidad es que no en todos los países se conmemora ese día en honor a nuestras mascotas caninas, ya que en algunos lugares del planeta se vinculan a otro tipo de celebraciones rituales en función de fechas relevantes para esa cultura. Casi todo el mundo tiene esa fecha calendarizada en honor a los perros aunque países como Guatemala, Colombia y EUA lo celebran hasta el 26 de agosto. En el caso del 21 de julio, el concepto tiene que ver con el inicio del verano, ya que es en esta temporada en que se abandona el mayor número de perros atendiendo a que muchas familias salen de viaje y, ante la falta de alguna persona para el cuidado del animal, se da por abandonarlos a su suerte como si esa solución en verdad lo fuera.

De acuerdo con datos del INEGI, en México hay 23 millones de perros, sin embargo, la aplastante mayoría se encuentra en situación de calle, lo cual representa un grave problema por el impacto social y de salubridad, además de ser inhumano abandonar animales a su suerte en un país que no se caracteriza por tener zonas seguras para los animales.

Jurídicamente existe una tendencia bastante sólida que deja de considerar a los perros como semovientes para asumir su estancia en el planeta como seres sintientes, pero la frialdad de las leyes contrasta con lo entrañable que son sus caricias, sus miradas, su actuar juguetón y el secado de lágrimas con su simple mirada, porque, por extraño que parezca, parece que detectan la tristeza al grado de simplemente posarse ante nuestros pies cuando la presión, el estrés y la tristeza nos invaden.

Vehículos para detener al crimen, alertas en los hogares, detectores de la maldad y amorosos empedernidos, la domesticación de los perros ha sido una de las grandes virtudes de la humanidad, al grado que la compañía de esos seres ha sustituido el abandono de los seres humanos.

Además el carácter terapéutico que tienen los animales es fascinante, ya que la sensibilidad de esos animales permite ser la perfecta compañía, así como excelentes alarmas cuando logran una conexión con personas que tienen problemas de epilepsia. De igual manera, las personas ciegas han utilizado desde hace mucho tiempo a perros como guías en las calles mostrando lealtad, serenidad y protección para esas personas.

Estudios científicos han demostrado que los perros son útiles en el combate a condiciones que deterioran la salud mental como la depresión, estrés y algunas otras que tienen como vehículo de la terapia a animales adiestrados que con su sensibilidad pueden impulsar a las personas a moverse, a advertir síntomas antes de alguna crisis o eventos que pueden alterar su tranquilidad mental.

No podemos olvidar que en la cultura mexicana los perros son parte fundamental no sólo de la compañía de nosotros en vida, sino que son el vínculo y guía de nosotros en otro plano existencial, lo cual demuestra que desde tiempos ancestrales los perros tienen un espacio muy especial en nuestras vidas.

Más allá de leyes y de nuevas disposiciones, en nuestra conciencia debe quedar el trato digno a estos y todos los animales, sabiendo de antemano que los perros como animal doméstico dan mucho más de lo que reciben y son capaces de cambiar nuestro mal día con un recibimiento amoroso y alegórico.


El pasado 21 de julio se celebró el día del perro que, aunque se ha considerado como una celebración mundial, la realidad es que no en todos los países se conmemora ese día en honor a nuestras mascotas caninas, ya que en algunos lugares del planeta se vinculan a otro tipo de celebraciones rituales en función de fechas relevantes para esa cultura. Casi todo el mundo tiene esa fecha calendarizada en honor a los perros aunque países como Guatemala, Colombia y EUA lo celebran hasta el 26 de agosto. En el caso del 21 de julio, el concepto tiene que ver con el inicio del verano, ya que es en esta temporada en que se abandona el mayor número de perros atendiendo a que muchas familias salen de viaje y, ante la falta de alguna persona para el cuidado del animal, se da por abandonarlos a su suerte como si esa solución en verdad lo fuera.

De acuerdo con datos del INEGI, en México hay 23 millones de perros, sin embargo, la aplastante mayoría se encuentra en situación de calle, lo cual representa un grave problema por el impacto social y de salubridad, además de ser inhumano abandonar animales a su suerte en un país que no se caracteriza por tener zonas seguras para los animales.

Jurídicamente existe una tendencia bastante sólida que deja de considerar a los perros como semovientes para asumir su estancia en el planeta como seres sintientes, pero la frialdad de las leyes contrasta con lo entrañable que son sus caricias, sus miradas, su actuar juguetón y el secado de lágrimas con su simple mirada, porque, por extraño que parezca, parece que detectan la tristeza al grado de simplemente posarse ante nuestros pies cuando la presión, el estrés y la tristeza nos invaden.

Vehículos para detener al crimen, alertas en los hogares, detectores de la maldad y amorosos empedernidos, la domesticación de los perros ha sido una de las grandes virtudes de la humanidad, al grado que la compañía de esos seres ha sustituido el abandono de los seres humanos.

Además el carácter terapéutico que tienen los animales es fascinante, ya que la sensibilidad de esos animales permite ser la perfecta compañía, así como excelentes alarmas cuando logran una conexión con personas que tienen problemas de epilepsia. De igual manera, las personas ciegas han utilizado desde hace mucho tiempo a perros como guías en las calles mostrando lealtad, serenidad y protección para esas personas.

Estudios científicos han demostrado que los perros son útiles en el combate a condiciones que deterioran la salud mental como la depresión, estrés y algunas otras que tienen como vehículo de la terapia a animales adiestrados que con su sensibilidad pueden impulsar a las personas a moverse, a advertir síntomas antes de alguna crisis o eventos que pueden alterar su tranquilidad mental.

No podemos olvidar que en la cultura mexicana los perros son parte fundamental no sólo de la compañía de nosotros en vida, sino que son el vínculo y guía de nosotros en otro plano existencial, lo cual demuestra que desde tiempos ancestrales los perros tienen un espacio muy especial en nuestras vidas.

Más allá de leyes y de nuevas disposiciones, en nuestra conciencia debe quedar el trato digno a estos y todos los animales, sabiendo de antemano que los perros como animal doméstico dan mucho más de lo que reciben y son capaces de cambiar nuestro mal día con un recibimiento amoroso y alegórico.