En los últimos meses, la inflación se ha acelerado a nivel no vistos desde hace 22 años y lo hemos resentido por los aumentos que se han presentado en los precios de los alimentos. Tan solo en agosto la inflación se ubicó en 8.70 por ciento y si bien en la segunda quincena de septiembre se frenó, el daño, ya está hecho en los productos de la canasta básica, tan solo el precio de la tortilla en los primeros días del mes patrio se disparó a 21 pesos.
Una vez más, el gobierno federal da cuenta de su falta de resultados, pues no se hace nada para frenar los altos precios de la canasta alimentaria, el programa de apoyo que anunció Andrés Manuel López Obrador no ha combatido la escalada de precios que está lacerando la economía de las familias mexicanas.
En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) nos hemos manifestado en todo el territorio nacional para exigir al Gobierno Federal que otorgue un subsidio al precio de la tortilla para que se fije en 10 pesos el kilo, sabiendo que es un alimento básico en los hogares mexicanos y garantizar que sea accesible para todos y todas.
Tan solo en 2018, basados en el comparativo de precios por productos que emiten el gobierno de la Ciudad de México, el litro de aceite costaba 25 pesos en los mercados públicos, actualmente su costo es de 45 pesos, el atún costaba 14 pesos, hoy 23 pesos y el huevo blanco costaba 32 pesos y ahora 50 pesos; otro producto básico es la harina de trigo cuesta 18 pesos y hace dos años 13 pesos.
De qué sirve la entrega de programas sociales si los salarios, no alcanzan, por ejemplo: a los adultos mayores se les da o deposita el dinero, pero ahora con todo el aumento de precios, no les alcanza ni para comprar los productos de primera necesidad, por lo que se debe buscar y diseñar programas que efectivamente ayuden a los que menos tienen y que las pensiones aumenten acorde al índice inflacionario.
El PRD no está en contra de los programas sociales, porque esa siempre ha sido una de nuestras luchas, pero se debe acceder a mejores estándares en los cuales existan reglas claras de operación y que los mexicanos sepan que los apoyos sociales son una retribución de los impuestos que se pagan, no una dádiva del gobierno en turno, con la que por cierto, han manipulado y condicionado la voluntad de los beneficiarios en época electorales.
Si este gobierno de verdad quisiera hacerle honor a la frase de primero los pobres, ya debería de estar pensando en un cambio de estrategia que permita abatir la inflación, generar un gran número de empleos y contribuir a que existan salarios mejor remunerados, de lo contrario seguirá siendo un gobierno que utiliza el discurso de primero los pobres, pero que no hace nada para sacarlos de esa condición; o ¿incrementar la pobreza será una estrategia de Morena y del Gobierno Federal para seguir condicionando voluntades a cambio de programas sociales?