/ miércoles 30 de octubre de 2024

Por un crecimiento sustentable de nuestras ciudades

Mañana se celebra a nivel mundial el Día de las Ciudades, el cual fue instaurado por las Naciones Unidas en 2013 en el marco de un análisis global para el desarrollo de aquellas zonas que concentraban una mayor urbanización, así como aquellas regiones que pugnaban por una urbanización acelerada con todo lo que ello implica, razón por la cual se puso sobre la mesa la importancia de la urbanización siempre y cuando el avance fuera sostenible, ya que gran parte de las problemáticas en el mundo se concentra en ciudades enormes que se han visto afectadas por cuestiones de contaminación y, al mismo tiempo, la necesidad de contar con espacios para que las personas se hagan de viviendas asequibles.

No podemos olvidar el que desarrollo e implementación de los Objetivos del Desarrollo Sostenible apuntan a paliar la pobreza y la desigualdad social en un escenario de crecimiento generalizado pero pensado ya que, se prevé, en dos décadas, el 70 por ciento de la población vivirá en las grandes ciudades con la conformación social variada, pero con un énfasis en la recepción de población auténticamente joven.

De hecho, hemos visto en el caso de nuestra capital, Pachuca, que ha sido reconocida por contar con un crecimiento sostenible, ya que, al tiempo que se encarga de desarrollar infraestructura y captar industria, también considera la forma sustentable en que la ciudad crece, máxime que forma parte de la zona metropolitana adoptando riesgos y problemas de la capital del país. De hecho, por ello sea convertido en una zona accesible para quien desarrolla sus actividades en todo el centro del país.

A nivel internacional se ha propuesto que sean los jóvenes quienes lleven la batuta del crecimiento urbano en el entendido que son quienes viven día a día los cambio en la concepción de vivienda, movilidad, trabajo e, incluso, la propia conformación familiar que en las urbes adquiere un carácter acelerado y concentrado de las oportunidades que requieren una visión a futuro pero atendiendo a las necesidades presentes.

Y es que con el crecimiento de las ciudades olvidamos algunos valores propios de nuestras relaciones comunitarias y sociales en general. La desigualdad, aún cuando ha estado asociada conceptualmente con las zonas rurales, se ha demostrado que es en las ciudades donde se refleja más esa desigualdad ya que la instauración de la industria de los servicios, así como el asentamiento de las oficinas públicas contrasta con zonas marginadas donde, además se genera violencia de manera relevante.

Debemos empezar a pensar en cómo hacer crecer nuestras ciudades pero desarrollando infraestructura de calidad que no riña con el medio ambiente, además de propiciar mayores y mejores servicios, es decir, cantidad y calidad, en el entendido que la concentración de la ciudadanía exigen un abasto mayor para generar niveles de bienestar que hemos perdido en los últimos años.

Un crecimiento ordenado en conjunto con una legislación adecuada permitirá que la concentración poblacional se disipe y que, quienes realmente se arraiguen a la ciudad lo hagan en mejores condiciones de seguridad, salud, trabajo, movilidad y desarrollo urbano en general incluyendo incluso lo que se ha denominado como ciudades verdes.


Mañana se celebra a nivel mundial el Día de las Ciudades, el cual fue instaurado por las Naciones Unidas en 2013 en el marco de un análisis global para el desarrollo de aquellas zonas que concentraban una mayor urbanización, así como aquellas regiones que pugnaban por una urbanización acelerada con todo lo que ello implica, razón por la cual se puso sobre la mesa la importancia de la urbanización siempre y cuando el avance fuera sostenible, ya que gran parte de las problemáticas en el mundo se concentra en ciudades enormes que se han visto afectadas por cuestiones de contaminación y, al mismo tiempo, la necesidad de contar con espacios para que las personas se hagan de viviendas asequibles.

No podemos olvidar el que desarrollo e implementación de los Objetivos del Desarrollo Sostenible apuntan a paliar la pobreza y la desigualdad social en un escenario de crecimiento generalizado pero pensado ya que, se prevé, en dos décadas, el 70 por ciento de la población vivirá en las grandes ciudades con la conformación social variada, pero con un énfasis en la recepción de población auténticamente joven.

De hecho, hemos visto en el caso de nuestra capital, Pachuca, que ha sido reconocida por contar con un crecimiento sostenible, ya que, al tiempo que se encarga de desarrollar infraestructura y captar industria, también considera la forma sustentable en que la ciudad crece, máxime que forma parte de la zona metropolitana adoptando riesgos y problemas de la capital del país. De hecho, por ello sea convertido en una zona accesible para quien desarrolla sus actividades en todo el centro del país.

A nivel internacional se ha propuesto que sean los jóvenes quienes lleven la batuta del crecimiento urbano en el entendido que son quienes viven día a día los cambio en la concepción de vivienda, movilidad, trabajo e, incluso, la propia conformación familiar que en las urbes adquiere un carácter acelerado y concentrado de las oportunidades que requieren una visión a futuro pero atendiendo a las necesidades presentes.

Y es que con el crecimiento de las ciudades olvidamos algunos valores propios de nuestras relaciones comunitarias y sociales en general. La desigualdad, aún cuando ha estado asociada conceptualmente con las zonas rurales, se ha demostrado que es en las ciudades donde se refleja más esa desigualdad ya que la instauración de la industria de los servicios, así como el asentamiento de las oficinas públicas contrasta con zonas marginadas donde, además se genera violencia de manera relevante.

Debemos empezar a pensar en cómo hacer crecer nuestras ciudades pero desarrollando infraestructura de calidad que no riña con el medio ambiente, además de propiciar mayores y mejores servicios, es decir, cantidad y calidad, en el entendido que la concentración de la ciudadanía exigen un abasto mayor para generar niveles de bienestar que hemos perdido en los últimos años.

Un crecimiento ordenado en conjunto con una legislación adecuada permitirá que la concentración poblacional se disipe y que, quienes realmente se arraiguen a la ciudad lo hagan en mejores condiciones de seguridad, salud, trabajo, movilidad y desarrollo urbano en general incluyendo incluso lo que se ha denominado como ciudades verdes.