Después de los primeros 100 días de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene un alto grado de aceptación en la ciudadanía y en su discurso asegura que la cuarta transformación significa reconciliación. Han transcurrido un centenar de días, poco más de tres meses, pero los resultados tangibles todavía no se hacen presentes.
El desempleo y el bajo ingreso siguen sin resolverse. En el ámbito de la inseguridad aún hay mucho, pero mucho, por hacer. De acuerdo con cifras emitidas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), sólo en los primeros 62 días de la actual administración federal se registraron cinco mil 699 asesinatos en territorio nacional, lo cual significa que fueron asesinadas 91 personas cada 24 horas en promedio. Entre los estados de la República donde se han registrado los mayores índices de violencia se encuentran Jalisco, Guerrero y el Estado de México, además de Baja California.
Afortunadamente nuestro estado, Hidalgo, no está dentro de esos primeros lugares, a pesar de que el huachicoleo es un fenómeno que se vive en distintas regiones de la entidad, debido ala gran cantidad de ductos de Pemex que pasan por nuestro territorio. Y hablando de ductos de Pemex, hay que señalar que los precios de las gasolinas han aumentado gradualmente y como consecuencia los precios de otros productos también se han incrementado, lo cual provoca una sensible disminución en el poder adquisitivo de la clase trabajadora. Cien días y la esperanza se mantiene viva. La gente confía en que con López Obrador cambiarán las condiciones de vida de los millones de mexicanos que viven en pobreza y pobreza extrema. Para ello fue que la gente lo eligió como presidente de México. Por eso le dieron su voto y su confianza.
Por eso le mantienen el respaldo. Por eso AMLO tiene un enorme compromiso con los mexicanos. Por eso consideramos necesario que de las conferencias mañaneras y de los eventos multitudinarios, los cuales parecen de campaña y que sirven para que los asistentes le falten al respeto a los gobernadores que no son de Morena, el mandatario nacional debe pasar a la acción junto con su equipo de trabajo, para dar respuestas tangibles. El bolsillo y la mesa de los mexicanos requieren resultados palpables.
Mientras el trabajo gubernamental no se refleje ahí, no habrá transformación. Otro tema relevante es el de la cuenta bancaria que la Secretaría de Hacienda le congeló a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Apenas el viernes pasado el rector de esa casa de estudios, Adolfo Pontigo, rindió su segundo informe de labores. Un informe, dicho sea de paso, con un formato muy extenso, en el que el interés se centraba en lo que diría sobre el tema. El académico insistió en que no hay malos manejos e incluso advirtió que la verdad siempre se impone y subrayó que la Universidad cuenta con la credibilidad de la sociedad.
Días antes, el presidente del Patronato de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán, estuvo en la Cámara de Diputados federal, donde fue arropado por las y los legisladores que fueron propuestos por él para competir para ocupar una curul en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Ahí justificó los miles de millones de pesos que tienen en la cuenta congelada. Defendió el asunto con todo y tuvo un buen impacto mediático. Sin embargo, a pesar de lo dicho por Sosa y por Pontigo, el asunto sigue vigente. Es un tema que ocupa a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, y que está pendiente de una resolución.