Hace más de un año escribimos en estas páginas de El Sol de Hidalgo los problemas que se suscitaron hace casi 80 años en el Atrio de la Parroquia de La Asunción al ser demolida la barda que lo rodeaba, delimitando así un espacio litúrgico que los templos católicos de nuestro estado tienen todos, los Conventos y las Parroquias.
Algún político de los años treinta o cuarenta (hay fotos de los años veinte en que aún está el Atrio delimitado) para perjudicar a la Iglesia y para aparecer como muy moderno, derribó la barda que lo delimitaba haciendo que perdiera su dignidad y su uso litúrgico, era una época en que estaba de moda dañar en lo que fuera a la Iglesia y les pareció fácil abrir el atrio. Como era lógico, al no haber un uso determinado para ese espacio se fue convirtiendo en un lugar de comercio ambulante, de ocio y de vicio.
Estando como Párroco el Sacerdote Antonio Licea, nos encargó el proyecto para la restitución del Atrio con la construcción de la barda demolida hace casi cien años, pero respetando la vialidad de las personas que cruzan de la calle de Morelos a la calle de Venustiano Carranza.
Hicimos un proyecto considerando muchas características, tomando en cuenta todos los elementos que formaban parte de este espacio como varias casetas telefónicas, un puesto de periódicos, un monumento a Benito Juárez y otro a Mariano Matamoros. Considerando que en el costado norte del Atrio hay varios locales comerciales y que hay mucho tránsito de personas que van de un extremo a otro.
Pudimos diseñar un proyecto que respetara a todos estos elementos y también investigamos para ver cómo se encontraba el atrio antes de la intervención y encontramos fotografías antiguas que nos ilustran acerca de la forma y tamaño de la barda con reja que lo delimitaba. Se buscaron autorizaciones del INAH Hidalgo y del Ayuntamiento de Pachuca.
El padre Licea murió sin poder realizar la obra. Le sucedió el padre Natalio Ortega Rodríguez, historiador notable, quien hizo gestiones ante la presidenta municipal Yolanda Tellería, que pese a estar muy interesada en la obra, no hizo más para realizarla ni para autorizarla. Después llegó como párroco Bartolomé Martínez Vera, quien también hizo gestiones que no dieron resultados.
Le sucedió al frente de la parroquia Francisco Javier López Jiménez, quien obtuvo del Centro INAH Hidalgo la autorización del proyecto y posteriormente consiguió el permiso del Ayuntamiento y quedó todo listo para la obra.
Sin ningún apoyo económico de las autoridades ni estatales ni municipales López Jiménez empezó la obra con el único apoyo económico de la feligrecía y así es que a la fecha, con la generosidad de la gente, se está a punto de terminar la obra de la barda con reja y el Atrio ha quedado delimitado.
Aún faltan algunas partes del proyecto y de la obra, pero se ha avanzado mucho. Puede usted pasar por el lugar y ver los avances, se ve muy bien. Estaremos pendientes para avisar cuando se inaugure este emprendimiento que le devuelve a la parroquia más antigua de Pachuca este espacio litúrgico.