/ martes 11 de agosto de 2020

La nueva normalidad en materia educativa

El acceso a la educación es un derecho consagrado en la Constitución, por una simple y sencilla razón: la educación es la mejor herramienta para construir un mejor futuro. Para nadie resulta desconocida la precaria situación en que se encuentra el sistema educativo de nuestro país,pues, aunque hubo avances importantes con la reforma educativa, el gobierno actual la canceló cediendo a las presiones de un grupo de maestros que mantienen secuestrada la educación en el estado de Oaxaca, con lo cual la precariedad se acentuó.

Por si fuera poco, la repentina aparición de la Covid-19 nos está enfrentando a realidades para las que, nuevamente, no estábamos preparados, y la materia educativa no es la excepción.La pandemia por Covid-19 obligó a las instituciones educativas a tomar medidas para contener los contagios,entre ellas, cerrar sus puertas y optar por la educación a distancia. Esta estrategia afectó a más de 37 millones y medio de estudiantes de educación básica y bachillerato.

En un primer momento, se proyectó que esta estrategia duraría solo las pocas semanas que restaban al ciclo escolar 2019-2020, pero al día de hoy, cuando ni siquiera sabemos cuándo alcanzaremos el pico de la pandemia, el gobierno federal se ha visto obligado a tomar decisiones respecto del próximo ciclo escolar.Por primera vez en la historia de México, la educación inicial hasta el bachillerato será impartida en su totalidad de manera remota, a través de radio, televisión y libros de texto.

El ciclo escolar está programado para iniciar el próximo 24 de agosto y la transmisión de las lecciones será por Televisa, TV Azteca, Imagen Televisión y Milenio Televisión, Canal Once, Ingenio TV y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, entre otras.Algo que resulta preocupante es que, hasta el momento, los maestros del sistema educativo nacional no han sido convocados a participar en esta estrategia frente a la pandemia, a la que se le ha denominado “Aprende en Casa II”.

Para no variar, la CNTE la ha rechazado por considerar que desplaza a los docentes y no garantiza el aprendizaje a los alumnos. Quizá estos maestros desconocen la gran contribución que las telesecundarias han dado al desarrollo educativo de la sociedad mexicana desde 1968. Aunque hay muchos aspectos que aún se deben clarificar, entre ellos, cuál y cómo será la participación de los maestros en la estrategia, o si intervendrán instituciones como Confe, Conalep e INEA, estoy convencido que no existe otra posibilidad de que los niños, niñas y adolescentes puedan seguir estudiando y aprendiendo desde casa para evitar que lo aprendido se olvide.

En lo relativo a la educación que imparten instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México o la Universidad Autónoma Metropolitana, sus titulares aún no se han pronunciado, pero todo indica que será también en la modalidad a distancia. Cada vez son más las voces que indican que tendremos que aprender a vivir con la Covid-19, en ese entendido, nuestra vida debe continuar, y las niñas, niños y adolescentes tienen derecho seguir viviendo, a seguir aprendiendo y a seguir forjando su futuro.

En este reto, el acompañamiento de los padres será fundamental y el compromiso de las autoridades educativas, ineludible.

El acceso a la educación es un derecho consagrado en la Constitución, por una simple y sencilla razón: la educación es la mejor herramienta para construir un mejor futuro. Para nadie resulta desconocida la precaria situación en que se encuentra el sistema educativo de nuestro país,pues, aunque hubo avances importantes con la reforma educativa, el gobierno actual la canceló cediendo a las presiones de un grupo de maestros que mantienen secuestrada la educación en el estado de Oaxaca, con lo cual la precariedad se acentuó.

Por si fuera poco, la repentina aparición de la Covid-19 nos está enfrentando a realidades para las que, nuevamente, no estábamos preparados, y la materia educativa no es la excepción.La pandemia por Covid-19 obligó a las instituciones educativas a tomar medidas para contener los contagios,entre ellas, cerrar sus puertas y optar por la educación a distancia. Esta estrategia afectó a más de 37 millones y medio de estudiantes de educación básica y bachillerato.

En un primer momento, se proyectó que esta estrategia duraría solo las pocas semanas que restaban al ciclo escolar 2019-2020, pero al día de hoy, cuando ni siquiera sabemos cuándo alcanzaremos el pico de la pandemia, el gobierno federal se ha visto obligado a tomar decisiones respecto del próximo ciclo escolar.Por primera vez en la historia de México, la educación inicial hasta el bachillerato será impartida en su totalidad de manera remota, a través de radio, televisión y libros de texto.

El ciclo escolar está programado para iniciar el próximo 24 de agosto y la transmisión de las lecciones será por Televisa, TV Azteca, Imagen Televisión y Milenio Televisión, Canal Once, Ingenio TV y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, entre otras.Algo que resulta preocupante es que, hasta el momento, los maestros del sistema educativo nacional no han sido convocados a participar en esta estrategia frente a la pandemia, a la que se le ha denominado “Aprende en Casa II”.

Para no variar, la CNTE la ha rechazado por considerar que desplaza a los docentes y no garantiza el aprendizaje a los alumnos. Quizá estos maestros desconocen la gran contribución que las telesecundarias han dado al desarrollo educativo de la sociedad mexicana desde 1968. Aunque hay muchos aspectos que aún se deben clarificar, entre ellos, cuál y cómo será la participación de los maestros en la estrategia, o si intervendrán instituciones como Confe, Conalep e INEA, estoy convencido que no existe otra posibilidad de que los niños, niñas y adolescentes puedan seguir estudiando y aprendiendo desde casa para evitar que lo aprendido se olvide.

En lo relativo a la educación que imparten instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México o la Universidad Autónoma Metropolitana, sus titulares aún no se han pronunciado, pero todo indica que será también en la modalidad a distancia. Cada vez son más las voces que indican que tendremos que aprender a vivir con la Covid-19, en ese entendido, nuestra vida debe continuar, y las niñas, niños y adolescentes tienen derecho seguir viviendo, a seguir aprendiendo y a seguir forjando su futuro.

En este reto, el acompañamiento de los padres será fundamental y el compromiso de las autoridades educativas, ineludible.

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