/ miércoles 31 de julio de 2024

Final de fotografía en la carrera presidencial estadounidense

Hace pocos días hablábamos del enorme impacto de la democracia estadounidense en el mundo, detallando las consecuencias de un debate que se centró en acusaciones personales, pero que se decantaba como una derrota del candidato demócrata debido a una mala actuación debido a la dudosa condición de salud del actual Presidente de los Estados Unidos de América que se perfilaba para ser el candidato demócrata buscando su reelección. Fue tanta la presión por esos hechos que ponían en bandeja de plata a Joe Biden frente a un incisivo candidato republicano, que muchas figuras públicas de la política lanzaron un mensaje directo a Biden para que dimitiera y su lugar lo ocupara alguien con mayor capacidad para sostener una extenuante campaña política que, sin duda, no podía complementarse con el ejercicio de poder presidencial.

Si bien aún no se lleva a cabo la convención demócrata para elegir al candidato que suplirá a Joe Biden quien renunció a la candidatura para centrarse en su trabajo como Presidente, todo apunta a que será Kamala Harris, la actual Vicepresidenta estadounidense, la candidata de su partido, sobre todo luego de las muestras de apoyo del otrora candidato y de ex presidentes o ex candidatos como los Clinton y los Obama.

La renuncia de Biden puso en el radar a Harris y entonces la percepción cambio, incluso, por razones más allá del alivio que era la renuncia del Presidente cansado y, muchas veces, desorientado, porque en sí misma, Kamala tiene una serie de cualidades que son propios del sueño estadounidense en cuanto a capacidad y orígenes se refiere.

Si volteamos a ver al mundo, ya no cabe la pregunta de si un país está preparado para tener una mujer en la Presidencia (desde luego, con honrosas excepciones de países que tienen una especie de separatismo femenino), por el contrario, la sociedad se ha dado cuenta que por cuestiones culturales, de historia, de lucha y de personalidad, una mujer es totalmente necesaria para llevar el rumbo histórico de una nación.

Por otro lado, el origen étnico de Kamala Harris aglutina la conformación de una nación que, queriéndolo o no, se ha vuelto multicultural, lo que permite una identificación de un gran número de votantes que ven en ella un oasis de tolerancia y respeto a minorías provenientes de otros países para asentarse en esa potencia mundial.

Además, Harris, es la muestra de una mujer capaz, inteligente, eficiente en su trabajo jurídico y que ha alcanzado altas esferas de decisión por su decidida entrega y resultados eficientes en sus encargos. Ello ha generado que los votantes respondan con disminuir la ventaja trumpista y cerrar la contienda aún más que antes. Ello propicia un final de fotografía que puede tener un cambio en el próximo debate entre el candidato y la probable candidata que, esta vez, si será una defensa férrea de ideales.

Respecto a lo más conveniente para México, todo indica que Kamala Harris es la mejor opción porque entiende el fenómeno migratorio y se ha mostrado cooperativa de forma institucional. Por otro lado, Trump se ha mostrado reacio a mantener el TMEC y ha indicado que endurecerá el control fronterizo, sin embargo en el torbellino de la campaña no hay forma de creer las auténticas intenciones porque su discurso se dirige a electores, no a naciones.


Hace pocos días hablábamos del enorme impacto de la democracia estadounidense en el mundo, detallando las consecuencias de un debate que se centró en acusaciones personales, pero que se decantaba como una derrota del candidato demócrata debido a una mala actuación debido a la dudosa condición de salud del actual Presidente de los Estados Unidos de América que se perfilaba para ser el candidato demócrata buscando su reelección. Fue tanta la presión por esos hechos que ponían en bandeja de plata a Joe Biden frente a un incisivo candidato republicano, que muchas figuras públicas de la política lanzaron un mensaje directo a Biden para que dimitiera y su lugar lo ocupara alguien con mayor capacidad para sostener una extenuante campaña política que, sin duda, no podía complementarse con el ejercicio de poder presidencial.

Si bien aún no se lleva a cabo la convención demócrata para elegir al candidato que suplirá a Joe Biden quien renunció a la candidatura para centrarse en su trabajo como Presidente, todo apunta a que será Kamala Harris, la actual Vicepresidenta estadounidense, la candidata de su partido, sobre todo luego de las muestras de apoyo del otrora candidato y de ex presidentes o ex candidatos como los Clinton y los Obama.

La renuncia de Biden puso en el radar a Harris y entonces la percepción cambio, incluso, por razones más allá del alivio que era la renuncia del Presidente cansado y, muchas veces, desorientado, porque en sí misma, Kamala tiene una serie de cualidades que son propios del sueño estadounidense en cuanto a capacidad y orígenes se refiere.

Si volteamos a ver al mundo, ya no cabe la pregunta de si un país está preparado para tener una mujer en la Presidencia (desde luego, con honrosas excepciones de países que tienen una especie de separatismo femenino), por el contrario, la sociedad se ha dado cuenta que por cuestiones culturales, de historia, de lucha y de personalidad, una mujer es totalmente necesaria para llevar el rumbo histórico de una nación.

Por otro lado, el origen étnico de Kamala Harris aglutina la conformación de una nación que, queriéndolo o no, se ha vuelto multicultural, lo que permite una identificación de un gran número de votantes que ven en ella un oasis de tolerancia y respeto a minorías provenientes de otros países para asentarse en esa potencia mundial.

Además, Harris, es la muestra de una mujer capaz, inteligente, eficiente en su trabajo jurídico y que ha alcanzado altas esferas de decisión por su decidida entrega y resultados eficientes en sus encargos. Ello ha generado que los votantes respondan con disminuir la ventaja trumpista y cerrar la contienda aún más que antes. Ello propicia un final de fotografía que puede tener un cambio en el próximo debate entre el candidato y la probable candidata que, esta vez, si será una defensa férrea de ideales.

Respecto a lo más conveniente para México, todo indica que Kamala Harris es la mejor opción porque entiende el fenómeno migratorio y se ha mostrado cooperativa de forma institucional. Por otro lado, Trump se ha mostrado reacio a mantener el TMEC y ha indicado que endurecerá el control fronterizo, sin embargo en el torbellino de la campaña no hay forma de creer las auténticas intenciones porque su discurso se dirige a electores, no a naciones.