/ sábado 21 de noviembre de 2020

El corrido en la Revolución Mexicana

Nació antes de la revolución como parte del arte anónimo en los pueblos.

Durante mucho tiempo se transmitió de boca en boca.

Luego se imprimió en hojas sueltas y se entonaban sus letras.

Hacía las veces de periódico por medio del cual los vecinos se enteraban de distintos hechos.

El uso de la imprenta permitió que aparecieran en fascículos con un grabado acompañando los relatos.


En la etapa revolucionaria mexicana, el corrido dio cuenta de levantamientos, biografías cortas, batallas, epopeyas y homicidios.

La lucha que comenzó el 20 de noviembre de 1910 y, concluyó el 5 de febrero de 1917, vivió distintos hechos que quedarían marcados en los corridos.


Estos sucesos cobraron altas dimensiones y, los intérpretes que, muchas veces acompañaban a las huestes en combate, redactaban y entonaban cada acción de las que eran testigos y las aderezaban con algunos relatos más.

Esta obra, escrita “sobre la marcha”, se constituyó en una forma de comunicación.


El concepto más usado y difundido hasta ahora del corrido es el elaborado por Vicente T. Mendoza, quien lo define como “un género épico-lírico-narrativo, en cuartetos de rima variable… que relata aquellos sucesos que hieren poderosamente la sensibilidad de las multitudes”


En la memoria colectiva anidaron varios de estos corridos:


“La toma de Zacatecas”, relata una de las batallas más memorables de la Revolución Mexicana, cuando la División del Norte, de Francisco Villa, derrotó a las tropas de Victoriano Huerta.


“Felipe Ángeles”, un corrido dedicado al militar quien fue una figura trascendental en la Revolución Mexicana.


“La Adelita”, con este corrido se conoce a Adela Velarde Pérez, quien se incorporó a la lucha revolucionaria como enfermera. Posteriormente, todas las mujeres que durante la Revolución atendieron a heridos y lucharon se les conoció como “adelitas”.


El corrido “Carabina 30-30” hace referencia al rifle 30-30 que fue una de las armas más utilizadas durante la Revolución.


“El barzón”, relata la situación de injusticia que vivía el sector agrario y los campesinos.


Y, el del “General Emiliano Zapata” fue hecho en honor a Emiliano Zapata.


Estos corridos permanecen.


En los años setenta, el corrido sufrió modificaciones, en donde la comercialización de la industria discográfica fue eliminando su forma tradicional.


En la actualidad, la variante que existe es un género llamado narcocorrido, que nada tiene que ver con los corridos que fueron utilizados para unir a la gente y contar historias de sus legítimas luchas…

Nació antes de la revolución como parte del arte anónimo en los pueblos.

Durante mucho tiempo se transmitió de boca en boca.

Luego se imprimió en hojas sueltas y se entonaban sus letras.

Hacía las veces de periódico por medio del cual los vecinos se enteraban de distintos hechos.

El uso de la imprenta permitió que aparecieran en fascículos con un grabado acompañando los relatos.


En la etapa revolucionaria mexicana, el corrido dio cuenta de levantamientos, biografías cortas, batallas, epopeyas y homicidios.

La lucha que comenzó el 20 de noviembre de 1910 y, concluyó el 5 de febrero de 1917, vivió distintos hechos que quedarían marcados en los corridos.


Estos sucesos cobraron altas dimensiones y, los intérpretes que, muchas veces acompañaban a las huestes en combate, redactaban y entonaban cada acción de las que eran testigos y las aderezaban con algunos relatos más.

Esta obra, escrita “sobre la marcha”, se constituyó en una forma de comunicación.


El concepto más usado y difundido hasta ahora del corrido es el elaborado por Vicente T. Mendoza, quien lo define como “un género épico-lírico-narrativo, en cuartetos de rima variable… que relata aquellos sucesos que hieren poderosamente la sensibilidad de las multitudes”


En la memoria colectiva anidaron varios de estos corridos:


“La toma de Zacatecas”, relata una de las batallas más memorables de la Revolución Mexicana, cuando la División del Norte, de Francisco Villa, derrotó a las tropas de Victoriano Huerta.


“Felipe Ángeles”, un corrido dedicado al militar quien fue una figura trascendental en la Revolución Mexicana.


“La Adelita”, con este corrido se conoce a Adela Velarde Pérez, quien se incorporó a la lucha revolucionaria como enfermera. Posteriormente, todas las mujeres que durante la Revolución atendieron a heridos y lucharon se les conoció como “adelitas”.


El corrido “Carabina 30-30” hace referencia al rifle 30-30 que fue una de las armas más utilizadas durante la Revolución.


“El barzón”, relata la situación de injusticia que vivía el sector agrario y los campesinos.


Y, el del “General Emiliano Zapata” fue hecho en honor a Emiliano Zapata.


Estos corridos permanecen.


En los años setenta, el corrido sufrió modificaciones, en donde la comercialización de la industria discográfica fue eliminando su forma tradicional.


En la actualidad, la variante que existe es un género llamado narcocorrido, que nada tiene que ver con los corridos que fueron utilizados para unir a la gente y contar historias de sus legítimas luchas…