/ martes 26 de noviembre de 2024

Ágora / México dejará de ser un Estado de Derecho

Manuel Atienza es uno de los juristas más connotados de nuestro tiempo, ya que su pensamiento constituye un pilar fundamental en la teoría del derecho contemporáneo. Al impartir la conferencia “El concepto de Estado de Derecho y la Reforma Judicial en México” afirmó que, en las últimas Décadas, nuestro país fue un Estado de Derecho, sin embargo, dejará de serlo en la medida en que se implemente esta reforma, porque sin independencia judicial no hay separación de poderes.

El filósofo y catedrático fue enfático en señalar que el voto popular no es la vía para erradicar la corrupción, pues si así fuera no habría funcionarios electos popularmente, en ninguna latitud del mundo, que incurran en actos de corrupción.

Recordemos que el estado de derecho es un principio por el que toda persona, institución, entidad o gobierno, está sometida al imperio de las leyes, mismas que deben ser promulgadas públicamente, hacerse valer por igual y aplicarse con independencia y en armonía a los derechos humanos.

Esta controvertida reforma ha puesto a México en el centro de la atención internacional, justamente porque vulnera el estado de derecho, ya que somete al Poder Judicial al control del Poder Ejecutivo con ayuda del ejercicio excesivo de las facultades del Poder Legislativo.

Es innegable que nuestro sistema de justicia necesita ser reformado, pero las leyes recientemente aprobadas no modifican la manera en que habrá de impartirse justicia, por el contrario, se trata solo de una venganza contra el Poder Judicial que, tal como lo aceptó la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, fue aprobada con errores por la premura con la que se discutió.

Son tales los descuidos y omisiones que el Instituto Nacional Electoral, organismo encargado de organizar la elección de juzgadoras y juzgadores, ha solicitado al Congreso de la Unión una prórroga de 90 días para realizar el procedimiento electivo previsto en el nuevo texto constitucional.

La reforma presenta severas deficiencias como la falta de claridad en su implementación, peligro de politización debido a un falso mecanismo de voto popular, vulneraciones a la independencia del poder judicial, falta de recursos e infraestructura para organizar las elecciones, riesgos de corrupción e infiltración del crimen organizado en el proceso y serias limitaciones en la protección de los derechos humanos.

En su texto, “Estado de Derecho, argumentación e Interpretación”, Manuel Atienza afirmó que el imperio de la ley, la división de poderes, el control de la administración y la garantía de los derechos y libertades fundamentales son características fundamentales de todo estado de derecho.

Cuando uno de estos elementos se quebranta, un país retrocede, ya que los derechos, libertades y principios que le rigen suelen ser producto de un proceso histórico largo y doloroso. En el caso de México nos tomó varios siglos, guerras y revoluciones avanzar en la consolidación de un Estado Democrático de Derecho que hoy vemos desmoronarse por la mezquindad del partido en el gobierno.


Manuel Atienza es uno de los juristas más connotados de nuestro tiempo, ya que su pensamiento constituye un pilar fundamental en la teoría del derecho contemporáneo. Al impartir la conferencia “El concepto de Estado de Derecho y la Reforma Judicial en México” afirmó que, en las últimas Décadas, nuestro país fue un Estado de Derecho, sin embargo, dejará de serlo en la medida en que se implemente esta reforma, porque sin independencia judicial no hay separación de poderes.

El filósofo y catedrático fue enfático en señalar que el voto popular no es la vía para erradicar la corrupción, pues si así fuera no habría funcionarios electos popularmente, en ninguna latitud del mundo, que incurran en actos de corrupción.

Recordemos que el estado de derecho es un principio por el que toda persona, institución, entidad o gobierno, está sometida al imperio de las leyes, mismas que deben ser promulgadas públicamente, hacerse valer por igual y aplicarse con independencia y en armonía a los derechos humanos.

Esta controvertida reforma ha puesto a México en el centro de la atención internacional, justamente porque vulnera el estado de derecho, ya que somete al Poder Judicial al control del Poder Ejecutivo con ayuda del ejercicio excesivo de las facultades del Poder Legislativo.

Es innegable que nuestro sistema de justicia necesita ser reformado, pero las leyes recientemente aprobadas no modifican la manera en que habrá de impartirse justicia, por el contrario, se trata solo de una venganza contra el Poder Judicial que, tal como lo aceptó la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, fue aprobada con errores por la premura con la que se discutió.

Son tales los descuidos y omisiones que el Instituto Nacional Electoral, organismo encargado de organizar la elección de juzgadoras y juzgadores, ha solicitado al Congreso de la Unión una prórroga de 90 días para realizar el procedimiento electivo previsto en el nuevo texto constitucional.

La reforma presenta severas deficiencias como la falta de claridad en su implementación, peligro de politización debido a un falso mecanismo de voto popular, vulneraciones a la independencia del poder judicial, falta de recursos e infraestructura para organizar las elecciones, riesgos de corrupción e infiltración del crimen organizado en el proceso y serias limitaciones en la protección de los derechos humanos.

En su texto, “Estado de Derecho, argumentación e Interpretación”, Manuel Atienza afirmó que el imperio de la ley, la división de poderes, el control de la administración y la garantía de los derechos y libertades fundamentales son características fundamentales de todo estado de derecho.

Cuando uno de estos elementos se quebranta, un país retrocede, ya que los derechos, libertades y principios que le rigen suelen ser producto de un proceso histórico largo y doloroso. En el caso de México nos tomó varios siglos, guerras y revoluciones avanzar en la consolidación de un Estado Democrático de Derecho que hoy vemos desmoronarse por la mezquindad del partido en el gobierno.


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